Para Teo Bok «la música es como respirar». Es más que una profesión a la que sabe que quiere dedicarse desde que tenía nueve años. Ahora tiene 20 y cada vez tiene más claro cuál es su papel en este mundo
La sede de Universal Music en Madrid nos acoge para citarnos con Teo Bok. La lluvia es tan intensa como los días que ha pasado en España. Lleva varios meses en la capital española, grabando el programa Dúos increíbles y formando parte del proyecto AmplificARTE, por el que su canción Esperanza fue elegida como himno para ayudar a los jóvenes con problemas de salud mental. Pero, ¿quién es este joven músico? En sus palabras, es «un artista de 20 años enamorado de la música al que la música le salvó la vida». Aunque si no se dedicara a ella tiene claro que se pasaría la vida viajando, surfeando y sacando fotografías.
Creció en Italia, donde actuó en su primer musical con tan solo nueve años -fue Simba en El rey león donde su hermana ya hacía de Sarabi-, se fue a Alemania (país de origen de su padre) con 12 para participar en La Voz Kids, regresó a Italia, comenzó a trabajar por todo Europa y ahora vive en Miami. Su vida ha estado marcada por el ir y venir de sus padres, que se separaron cuando él era pequeño. A todo esto se añade que su madre trabajó durante 16 años en el sector turístico, por lo que «ella necesitaba viajar por todo el mundo». Esto, afirma, le hizo «no solamente el artista, sino la persona que soy». Pese a todo, su idioma favorito para cantar y componer es el español, puesto que, según dice, es con el que puede transmitir mejor. «Ahorita me cuesta no cantar en español. El español me reventó como un tsunami, fue un enamoramiento muy poderoso«, declara.
España: un nuevo comienzo
Su paso por España ha significado «un nuevo comienzo», nos cuenta. «Fue inesperado, porque yo no planeaba venir a España por mucho tiempo, pero las cosas empezaron a pasar. Cuando las cosas no se controlan son aún más bellas, porque no te las esperas», dice con una sonrisa. En este año ha participado en el proyecto patrocinado por la Fundación Princesa de Girona, ha cantado frente a los Reyes de España, también con Antonio Carmona y ha quedado en tercer lugar en el programa de RTVE junto a Paloma San Basilio. «He conocido una cultura y lugares de este mundo tan bello que nunca habría conocido, sobre todo la gente y mucha más inspiración para conectarme con la música de la cultura de aquí», comenta.
Por eso, «2024 va a ser un año lleno de música», asegura. Una música que muestra más quién es él y, sobre todo, su evolución: «Estoy mezclando estilos, estoy mezclando quién soy, estoy uniendo lo que escucho, lo que me influencia aquí en España. Por ejemplo, ritmos de flamenco, ritmos de salsa, ritmos también antiguos… porque para mí eso es la música, cuando no te limitas, cuando pones tu corazón». A Teo le encanta ser diferente y lo lleva por bandera. Incluso sus artistas favoritos lo son: Michael Jackson, Ed Sheeran, Justin Bieber, Luis Miguel, James Arthur…
Toda su música se articula en torno a un mismo objetivo: «mandar un mensaje, que llegue al corazón de las personas y que haga sentir bien a la gente». Así nació Esperanza, tras el diagnóstico de cáncer de huesos de su manager hace tres años: «Me llamaba todos los días y él me preguntaba cómo yo estaba, no era al contrario. Y me decía ‘mi mente está perfecta, mi cuerpo un poco menos, pero tengo siempre la esperanza’«. A raíz de ese obstáculo nació su EP, Tiempo de ser fuerte, y gracias a ello tiene «mucho más claro» el lugar hacia el que quiere dirigirse con su música.
De los musicales a cantar en solitario
Ese mensaje quiere compartirlo con todos los que lo han pasado mal, porque sabe cómo se viven esos momentos de primera mano. Sufrió bullying en el colegio a raíz, precisamente, de iniciarse en el mundillo a una edad tan temprana. «Es una de las cosas más horribles de este mundo«, asegura, «sobre todo cuando eres chiquito y todas las opiniones cuentan». Un día que su madre le vio llorando en su habitación le dijo: «Lo que es diferente da miedo». Entonces, cuenta, supo que «no valía la pena» cambiarse a sí mismo «para hacer que la opinión de otra persona sea mejor». Su vía de escape fueron su madre y «el papel».
Así comenzó sus andaduras en la música. Aunque comenzó con musicales, pronto se percató de que lo que más le gustaba no era actuar, sino cantar. Después de la primera función de El rey león, que lo empezó sin ni siquiera saber su gusto y su capacidad para cantar, cuenta que se fue a las escaleras a llorar: «Pensaba que en mi vida iba a vivir una emoción tan grande otra vez. Al final la viví», recuerda entre risas. Actuó en Peter Pan, Priscilla: la reina del desierto, Billy Elliot… Todo eso quedó en experiencias que hacen parte del artista que hoy es: «Cuando estoy en un escenario me gusta tener esa presencia escénica que al final la música me regaló».
Con el paso de los años, igual que descubrió a qué quería dedicar su vida definitivamente, también ha ido descubriendo su camino, paso a paso: «Creo que las canciones más bellas y las que más conectan conmigo son las que aún no han salido, porque por primera vez es cuando me siento tan Yo haciendo la música que hago«. Hace unos días vio la luz su single Jardín, un adelanto de su próximo disco, que «habla de un amor puro, un amor joven, un amor verdadero, un amor dulce sobre todo»; pero que él quiere dedicarle «a esas fans que están conmigo en este viaje».
«Conectar con el mayor número de corazones posible»
¿Qué queda por hacer si ya has cantado en Times Square delante de miles de personas? Su respuesta es clara: «Si voy atrás en el tiempo efectivamente hay muchas cosas que he hecho y no lo realizo todos los días porque me parece normal, porque a veces me olvido de todo lo que he podido hacer. Creo que eso definitivamente me da más ganas de lograr más cosas en la vida, el factor de que todavía no estoy parado en el pasado y hay muchas cosas que quiero hacer. He podido lograr pequeños sueños a través del tiempo, como cantar en el Times Square frente a 150.000 personas, pero un día quiero hacerlo para un concierto mío, una gira por todo el mundo, 160.000 personas en México para mi concierto como lo hizo la Rosalía, imagínate qué loco».
Todavía tiene muchos sueños «físicos», como él los llama; pero también otros intangibles como «seguir siendo la persona que soy a través de la música y lograr conectar con el mayor número de corazones posibles«. Porque, afirma, «si tienes sueños que son solamente físicos, cuando después los logras, ¿qué tienes para hacer en el mundo? Tocar los corazones de las 8.000.000 de personas que hay en el mundo y nunca, nunca pararé. Eso es lo bello«.
Aunque lo que verdaderamente tiene claro es «el poder de la música» para conseguir que se vea un poco el sol detrás de todos los nubarrones que muchas veces nos sacuden por dentro. Hubo un programa de televisión que le marcó. Lo grabó durante algunos veranos en Italia, con 14 o 15 años. En él convivía con algunas de sus fans en mitad de la montaña. Recuerda a una chica «un poco tímida, que no hablaba mucho y que lentamente durante la semana se acercaba más, pero seguía sin hablar». Cuando sus padres fueron a recogerlas y después de haber tenido alguna conversación con ella, dice emocionado que «su mamá vino llorando agradeciéndome y me dijo que eran siete años que su hija no le hablaba y gracias a mí empezó a hablar otra vez«. Eso, dice, «eso es el poder de la música, ¿no?».
