El cantante y compositor Carlos Baute, celebra su carrera en un concierto especial en Madrid cargado de magia y vitamina
Magia y vitamina son las dos palabras que mejor describieron el directo de Carlos Baute en Madrid. El venezolano, que ha conseguido transmitir la alegría de vivir de generación en generación, y que sigue sonando en espiral.
El Gran Teatro Caixabank Principe Pío fue el lugar elegido por el venezolano para hacer un repaso a su larga carrera musical. Un show de más de dos horas donde hubo espacio para canciones, bailes e incluso trucos de magia.
El concierto arrancaba con un pequeño vídeo que recordaba brevemente la carrera de Carlos. En este, narra como con tan solo tres años su madre descubrió que su talento era la música. Y como con 13, este descubrió su vocación. Poco a poco fue creciendo, al igual que sus estudios en música. Hoy, treinta años y 12 álbumes después, el cantante sigue deslumbrando y regalándonos, de su puño y letra, grandes temas.
«Hay que bautiar por la vida»
Dame de eso fue el tema inicial con el que el artista se subió al escenario, seguida de Mi medicina, temas que los más nostálgicos recordarán. Pese a ser canciones con profundas letras, el ritmo levantó rápidamente a toda la sala que tenía ganas de escuchar todo el repertorio que Baute había preparado. Tanto furor hubo, que el cantante preparó varios medley para poder cantar aún más canciones.
La noche estuvo cargada de sorpresas, tal y como anunció unos días antes el venezolano, y que no estuvo solo. Rasel y Chenoa fueron los invitados más aclamados de la noche, que se subieron a cantar sus respectivos temas Me pones tierno y El Chisme. Canciones que se sacan más de diez años y que, aun así, siguen sonando y reproduciéndose en bucle.
El cantante también tuvo tiempo de hablar y de agradecer a su público su entrega y admiración. Incluso regaló a una fan, que invitó al escenario, una rosa. Carlos animó a toda la sala a “Bautiar por la vida”, lo que explicó como una forma de vida basada en el disfrute del momento y del clamor hacia la búsqueda de las personas vitamina.
Hasta tres cambios de vestuario realizó el cantante, acompañado por su grandiosa banda y grupo de bailarines. El cantante deleitó a todo el público demostrando su versatilidad, cantando en acústico, acompañado o con una gran banda con claras referencias a su cultura y sus orígenes. El momento más emotivo de la noche fue en Yo me quedo en Venezuela donde todo el público se levantó al compás y fundiéndose en unión y viveza.
Para finalizar, el cantante tocó sus más esperados temas, como Angelito, Te regalo y Colgando en tus manos. Incluso se atrevió con un remix inesperado de este tan reconocido tema.
El final llegó, pero una gran ovación siguió al sonido final de los tambores y guitarras del escenario. Carlos, una vez más, agradeció a su fiel público que le lleva acompañando estos treinta años: “Si pudiera hablar con el Baute del pasado le diría que siguiera siendo ese niño y que nunca dejara de soñar” aceptaba el cantante.
Con esperanza en el futuro y en sus manos, Carlos Baute se despedía de Madrid por el momento, pero asegurando y afirmando una vez más, su presencia en el escenario por otros 30 años más.
Cobertura realizada por José María Araujo y Cristina García Jiménez.