El selfie de Cicerón
Gonzalo Ojeda es licenciado en Historia y Política por la Universidad Carlos III de Madrid. Durante su etapa universitaria desarrolló un profundo interés por la Historia Antigua, orientando gran parte de su formación académica y su labor investigadora al estudio del mundo griego y romano. El selfie de Cicerón: un homo novus en busca de la inmortalidad es su primera obra publicada y supone el resultado de una línea de investigación centrada en el análisis de las estrategias de autorrepresentación en la Roma antigua.
Pregunta: ¿Cómo nace el libro?
Respuesta: Escogí mi carrera —entre otros motivos— para poder profundizar en asignaturas relacionadas con el mundo antiguo, y desde el principio me mostré con gran empeño e interés en ellas. Cuando llegó el momento de elegir el tema del TFG, lo tuve claro: quería trabajar con Jaime Alvar, mi profesor de Historia Antigua, y dedicar ese último año de carrera a un tema que me apasionara de verdad. Para mí el TFG no era una asignatura más ni unos créditos que sumar; era la oportunidad de cerrar mi etapa universitaria con un proyecto que reflejara todo lo aprendido, tanto a nivel académico como personal.
El libro, en realidad, no nació con la intención de serlo. Quiero pensar que fue el resultado del empeño, la pasión y el rigor que exige un trabajo de investigación lo que, con el tiempo, lo hizo merecedor de dar un paso más. La posibilidad de publicarlo surgió durante la defensa del TFG, cuando la profesora Valenzuela, miembro del tribunal, me animó a pulir y retocar algunos aspectos del trabajo al ver en él un claro potencial editorial. Fue ella quien me puso en contacto con José Antonio, mi editor en Ediciones Rubeo, y pocas semanas después comenzamos el proceso de edición. El libro se publicó finalmente en noviembre de este año.
Don Marco Tulio Cicerón: detrás de la prosa
P: ¿Por qué Cicerón?
R: Cicerón es, probablemente, uno de los personajes de la Roma Republicana de los que más obras se conservan. Gracias a esto, podemos reconstruir incluso días completos de su vida. Coetáneo de figuras como César o Pompeyo, cuya relevancia era principalmente política o militar, Cicerón ejerció su influencia de forma distinta, más intelectual y retórica. Aunque no alcanzó la misma notoriedad política, su presencia es constante y nos ofrece información valiosa sobre su filosofía y pensamiento.
Su obra es muy rica documentalmente. Podemos estudiar los distintos géneros que cultivaba, y su oratoria y riqueza léxica en latín nos dejan múltiples testimonios que muestran una percepción de la realidad muy elevada y un entendimiento profundo de los acontecimientos que le rodean. Cicerón era un hombre de gran influencia política y literaria, con una personalidad compleja: ciclotímica, con autoestima frágil —valgan los anacronismos— y más intelectual que beligerante. Su legado, admirado por grandes oradores y políticos posteriores, lo convierte en un referente único.
P: ¿Y por qué no otros personajes?
R: En Cicerón encontré una gran variedad de géneros y posibilidades de estudio. Sus cartas, tratados filosóficos, literatura y discursos ofrecen un legado completo que otros personajes no dejan. Para alguien interesado en la historia como yo, es un material rico que permite explorar tanto la vida personal como el contexto político y cultural de su época con precisión.
El reconocimiento ayer y hoy
P: ¿Por qué “el selfie”?
R: El “selfie” es una metáfora. Evidentemente, Cicerón no tenía cámara, pero a través de sus escritos trató de legar a la posteridad una imagen de sí mismo, de manera muy similar a como hoy proyectamos nuestra identidad en redes sociales. Dos mil años después, no estamos tan lejos: entre la Antigüedad y la Edad Contemporánea, cambian los medios, pero no la intención.
Él quería proyectarse, igual que hacemos ahora, solo que en la Antigua Roma no había dispositivos móviles; su “selfie” lo construye con palabras y obras. En mi libro analizo cómo lo hace, qué obras utiliza y cómo varía su autopresentación a lo largo de su vida, comparando y contrastando los distintos géneros que cultivaba. Ahí es donde se percibe que Cicerón era un personaje lleno de contradicciones en su manera de proyectarse. Al fin y al cabo, igual que hoy nadie sube un selfie en el que salga mal, sus obras representan la versión de sí mismo que quería mostrar al mundo.
P: ¿Para quién dirías que es este libro?
R: Para cualquier amante de la historia que quiera acercarse a Cicerón de manera innovadora y renovada. Es accesible tanto para quienes no tienen conocimientos previos de Historia Antigua como para quienes ya conocen al personaje y buscan una mirada diferente, menos habitual.
Aunque hablemos de hechos lejanos en el tiempo, personajes como Cicerón nos recuerdan que el ego, la vulnerabilidad y la búsqueda de reconocimiento no son exclusivos del siglo XXI. Estamos más cerca de aquellos romanos de lo que creemos, porque todos queremos proyectar al mundo la imagen que deseamos mostrar.
