Hoy se cumplirían 142 años del nacimiento de uno de los artistas más grandes que ha dado España. El del malagueño Pablo Picasso
Reconocidísimo pintor cubista y escultor, Picasso nos dejó en sus 93 años de vida una obra por la que siempre será recordado. Una obra que rememora algo muy importante en estos momentos que vivimos en el mundo. Su ‘no a la guerra’.
El Guernica, una desgarradora historia de arte abstracto
Esta historia comenzó a escribirse el 1 de mayo de 1937, cuando Picasso quiso dejarnos a todos una de las obras más desgarradoras que rememoran uno de los episodios más duros de la historia reciente de España. Y digo reciente porque, aunque parezca increíble, 87 años no son nada.
En ella se quedó grabada el bombardeo a la ciudad vasca de Guernica, ocurrido unos días antes. El 26 de abril de 1937, cuando las tropas nazis de Hitler, las de La Legión Cóndor, irrumpieron para ensayar sus mortíferas bombas en este pequeño pueblo del norte de España. Recuerdo parte por parte las figuras más significativas de esta obra cumbre relacionándolos con ese ‘no a la guerra’:

En la parte izquierda del cuadro encontramos una mujer acompañada por su hijo, a quien lleva en brazos, consumida por la angustia por lo que está viviendo por culpa de la guerra. Esto se refleja en los gestos de su rostro. Esta figura está inspirada en otra similar de la obra la Matanza de los Inocentes.
Sobre ella, encontramos en un plano más cercano (y por tanto más importante) la cabeza de un toro, el cual simboliza a España, un pueblo sepultado por las bombas pero no derrotado.
En la parte superior se distinguen dos haces de luz, uno mayor que representa un sol en la parte superior que simboliza la importancia de conocer la verdad en tiempos oscuros como los de los conflictos bélicos, y otro, más pequeño que alumbra a la mujer. También nos encontramos a un corcel, que representa la viva imagen de la crueldad.

En la parte derecha del cuadro encontramos un guerrero, siendo pisoteado por el caballo, con su arma rota, la cual representa la ferocidad de la guerra. Hace una alegoría a la Odisea de Homero, representando la necesidad de los seres humanos de generar batallas innecesarias y largas.
A su derecha, vemos a una mujer iluminada por la luz de una vela, y al final de la imagen a otra mujer que sufre mientras su casa arde con el fuego de los bombardeos. Esta última recuerda a los ritos funerarios que se hacían en el Mediterráneo.
Los colores de la obra reflejan sequedad e impactan, por ser blanco sobre negro. Refleja la realidad y la dureza de la escena sucedida ese día en el pueblo de Guernica. Con un permanente dolor en los rostros de los personajes.
Un ‘no a la guerra’
Con esta obra, el malagueño Pablo Picasso quiso hacer patente y público su oposición a cualquier tipo de conflicto de carácter bélico. Un ‘no a la guerra’ que después de 84 años, 5 meses y 24 días sigue teniendo vigencia total y absoluta. La debemos seguir teniendo presentes para no caer en el error de volver a seguir eliminando vidas ni hacer crecer el odio entre humanos y el resto de seres vivos.
Palestina, Ucrania o Siria saben lo que es padecer una guerra, desde aquí también se recuerda por los más mayores, los que la sufrieron, lo que es no poder salir a la calle seguros, sin saber si realmente van a volver a sus hogares con vida o si van a volver a ver a sus familias o amigos.
Tampoco podrán saber si esos mismos que les esperan se irán demasiado pronto. Tragedias que quedan grabadas para siempre en la memoria y generan mucho odio. Odio por las muertes, la sangre sin sentido, el hambre, el dinero y los lugares perdidos donde buscar culpables y sembrar la duda. Duda de quién es más culpable. Cuando eso estalla nada es igual. Porque siempre habrá alguien que quiera seguir en guerra en vez de seguir luchando. Luchando por la paz y gritando como hizo Picasso: un ‘no a la guerra’.

