El Palau de la Música Catalana es una de las primeras paradas de esta segunda parte de la gira
Javier Labandón, más conocido como El Arrebato, llegaba a Barcelona para deleitar a su público tras decidir alargar su Tour Abrazos hasta junio de 2023, puesto que tuvo que parar la gira que hacía honor a su disco conmemorativo de sus 20 años en la música, Abrazos, debido a la pandemia en 2020.
El auditorio abría sus puertas para recibir a las nueve de la noche un concierto de dos horas para repasar las canciones del último disco de El Arrebato y las más emblemáticas de su carrera. Todas forman parte de la historia nacional y muchas son como un himno para sus más fieles seguidores. Cuando el reloj marcaba la hora del comienzo, empezaba el espectáculo con todas las localidades agotadas y una banda de música dispuesta a darlo todo.
Tras apagarse las luces y encenderse cuatro cuadrados de neón al fondo del escenario, sonaban los primeros acordes. Eran de Que salga el sol por donde quiera, canción que tiene grabada junto al cantante gaditano Abraham Mateo, y retumbaban en la sala principal del teatro. Entre tema y tema, El Arrebato buscaba unas palabras que dedicarle al público para introducir la siguiente canción y así hacer un discurso encadenado a la perfección. El concierto seguía su curso con temas de su último álbum como En el último minuto y rescatando joyas de hace años como Hoy todo va a salirme bien.

Ante una Barcelona dispuesta a pasárselo de miedo, Labandón no decepcionaba dando un viaje en el tiempo trayendo a la actualidad La música de tus tacones, Contigo siempre y Mirando para ti, recitando sin cantar los primeros versos de este último tema. Además, conseguía en un espacio íntimo como el Palau de la Música consagrar temas más actuales como Primaveras en el pelo (grabada junto a Miguel Poveda), Historia de un viaje y Aquí me tienes.
Si alguien sabe meterse en el bolsillo a un público eufórico, ese es El Arrebato, combinando canciones que suenan más a rumba y alegría a borbotones con temas a corazón descubierto. Tras todos estos temas cantados, el artista salía del escenario y era el momento para que la banda se luciera mientras el coro interpretaba Si la hubieras visto y Pequeñeces, del artista sevillano. El momento más especial llegaba tras esto, porque el silencio se apoderaba de la sala con Cantaré, otra de las canciones extraídas del baúl de los recuerdos que creaba un ambiente emocionante.
Un fin de fiesta lleno de sorpresas
La recta final del concierto estaba comenzando y, tras haber vivido uno de los momentos más conmovedores de la noche, el público volvía a levantarse al son de Una novia en Rochelambert, que contrarrestaba con las emociones anteriores. El carrusel de emociones no culminaba con esa actuación, porque El Arrebato y sus tablas en el escenario se teñían de humildad para interpretar Durmiendo en tu ombligo a dúo con su corista, Alicia Jiménez.
Tras esto, el plato fuerte que tanta gente ansiaba por ver estaba ya cocinándose en las tablas del Palau de la Música. Con unas palabras introductorias, el clásico por excelencia de El Arrebato, Búscate un hombre que te quiera, sonaba a todo volumen para poner a todos los ocupantes de las butacas en pie. Así parecía culminar la fría noche de enero en Barcelona, pero lo que nadie sabía era que tras marcharse todo el equipo del escenario, volverían para tocar dos últimas canciones, entre ellas, el inesperado —a la par que aclamado— Himno oficial del centenario del Sevilla F.C. El Arrebato se hizo al Palau de la Música y ofreció un concierto único e inigualable con un sold out para el recuerdo.