Tras haber arrasado España musical y mediáticamente, Bruce Springsteen continúa este fin de semana con su gira europea en la siguiente parada: Dublín.
Es más que sonada la repercusión nacional que supuso su paso por Barcelona. La compañía de los Obama, Steven Spielberg, Kate Capshaw, Tom Hanks o Rita Wilson en los conciertos no ha hecho más que añadir peso a la revolución que la presencia de esta figura conlleva.
Tanto el concierto del 28 como el del 30 de abril en el Estadi Olímpic fueron aclamados y polémicos casi a partes iguales. El Boss presentó setlists variadas, una E Street Band arrolladora, reflexiones y momentos íntimos con el público, soul, rock, folk, energía, nostalgia, desesperanza, alegría, muerte, eternidad y palabras que dejan al público en un debate indisoluble hasta el próximo encuentro: ¿es esto una despedida?

Después de cinco décadas de actuaciones, Bruce llega a Europa con espectáculos de tres horas que a muchos dejan con ganas de más. Una enérgica cita con una mirada melancólica al pasado que dirige el encuentro y que pretende tatuar un mensaje en las mentes de quienes escuchan: «lo más importante es vivir y disfrutar cada momento».
Los audios de ambos días de concierto en tierras españolas han salido a la venta en su página web y en nugs.net, al igual que ya estaban disponibles otros muchos conciertos de la gira estadounidense.


Ayer, 5 de mayo, empezaba a las 17:00 el primer concierto en Dublín. El cantante ya había tocado en la ciudad 28 veces antes, desde 1985. Los fans que le siguen desde hace décadas, los que llevan tatuada su firma o los, no pocos, que viajan tras él siguiendo sus pasos por la gira europea, se encontraban ayer en la primera de las tres veladas concertadas con el púbico irlandés en el RDS Arena. Con un «No Surrender» que abrió el concierto, el Boss y la E Street Band volvieron a compartir su rock con 18.500 personas en un show que mezclaba los setlists de los conciertos de Barcelona, añadiendo «Land of Hope and Dreams».
