La gira de hierba llega a su fin con el torneo más tradicional del mundo tenístico
Como cada año, en verano el tenis se viste de gala, de blanco, en un Wimbledon que no dejará de levantar pasiones. Tras un Roland Garros apoteósico, las expectativas están muy altas en el tercer Grand Slam del año.
Londres se teñirá de blanco desde el 30 de junio al 13 de julio para disfrutar de un ambiente que impacta y enamora. Wimbledon es sinónimo de tradición, de lo clásico y de elegancia, lo que lo convierte en uno de los eventos más especiales del deporte mundial. Habrá decenas de tenistas que buscan escribir su historia en este torneo y otro selecto grupo que quiere ampliarla.
Expectativas por las nubes
Después de la culminación de Roland Garros con un Alcaraz campeón tras uno de los mejores partidos de la historia, la final frente a Sinner, el mundo vuelve a mirar con expectativas e ilusión al tenis. Tras una época de idas y venidas, con las retiradas de Federer y Nadal y la generación perdida de los Medvedev, Thiem, Tsitsipas o Zverev, el tenis había perdido fuelle.
Sin embargo, la llegada de los nuevos dominadores como Alcaraz y Sinner junto a la presencia de un incombustible e inhumano Djokovic, han sostenido al tenis durante estos últimos años. Gracias a esta última batalla entre el español y el italiano, el foco se ha encendido y ha provocado el paso definitivo para reafirmar esta rivalidad como la sustituta del famoso big Three.

La élite de los favoritos
En este selecto grupo, vuelven los sospechosos habituales, el mismo grupito que se sienta en el gallinero del autobús cuando la clase va de excursión. Y sí, son Alcaraz, Sinner y Djokovic.
Alcaraz parte como el máximo favorito, y es lo lógico, ya que ha levantado su segundo título en París, defiende los títulos de Wimbledon y Queen´s de los dos últimos años. El murciano se encuentra en el mejor momento de su carrera, tanto por juego, como por sensaciones y contexto. Ha dado pasos de gigante en la lucha por el número 1 y se ha adelantado con fuerza en su duelo particular con Sinner. Además, las estadísticas en hierba le avalan, ya que es el jugador español con mejor promedio en esta superficie (28 victorias frente a tres derrotas).
Djokovic es el tenista más ganador de la historia, nada nuevo. Nole nos ha acostumbrado a ver su nombre en la mayoría de récords e hitos, por lo que tiene entre ceja y ceja otro más, igualar a Federer como el máximo ganador de Wimbledon. A pesar de que está un mini escalón por detrás de Carlos y Jannik, la hierba es una de sus especialidades, y a la mínima que tenga oportunidad, el serbio va a estar atento como siempre.

Sinner se enfrenta al mayor test para comprobar la veracidad de su apropiado símil con los robots. Después de rozar la gloria en la Philippe Chatrier, vio como Carlitos hizo lo que nadie ha podido hacer, meterse en su cabeza y remontarle un partido que estaba casi sentenciado. Ha tropezado en Halle, pero sigue siendo el número 1. Si se junta su nivel con el aspecto mental de revertir la situación y sumar su primer Wimbledon, el italiano tiene papeletas de llevárselo.
Las segundas espadas
Más allá de tenistas del top 10 que están en esta lista (Zverev, Draper, Musetti o Rune), siempre hay alguien que da la sorpresa y escribe su historia. Wimbledon, además, es propenso a este tipo de historias que sorprenden y enamoran. Para ello, hay que estar atentos a tenistas con gran saque, un aspecto que coge fuerza en esta superficie. Este puede ser el caso de Shelton o Perricard, aunque este último flojea en otros muchos aspectos.
Especialmente hay un nombre que puede dar mucho que hablar, y es Bublik. El kazajo está en estado de gracia (campeón en Halle) y es un tipo peculiar que no deja indiferente a nadie con su repertorio de golpes espectaculares y atrevidos.

Lo que sí es seguro es que este Wimbledon promete. Siempre que se enciende la tele y se ve pelotear a dos muchachos vestidos de blanco, sabes que va a haber un gran espectáculo y que dejará historias para el recuerdo.

