Más allá de la Torre Eiffel, Notre-Dame y el Louvre, París esconde rincones que seguramente no hayas visto
Junto a Nueva York y Londres, París es una de las ciudades más visitadas del planeta. La llaman la ciudad del amor, de la luz. Lo que no se sabe es que lejos de los estereotipos parisinos, la ciudad aguarda lugares dignos de ser descubiertos.
Si eres de los que no se compran una boina y una baguette para posar delante del Moulin Rouge, sigue leyendo. Vamos a dar un paseo por París.
Les Olympiades
Empezamos en el sur de la ciudad, en el lado inferior del Sena. El barrio de Les Olympiades. Como toda gran ciudad, París también tiene su barrio chino. La diferencia con respecto a los otros barrios chinos del mundo es que este no es turístico. Es una zona de altos edificios de viviendas, con una plaza central llena de negocios. Restaurantes y tiendas chinas, por supuesto. Cuando más vivo está es en la celebración del nuevo año chino. Se encuentra en el arrondissement París 13, y se llega en las líneas de metro 7 y 14.

Arenas de Lutecia
Un poco más arriba pero aún en el lado inferior del Sena, encontramos la siguiente parada. Las Arenas de Lutecia (Arènes de Lutèce). Para acceder hay que cruzar una puerta similar a la de un edificio. No te esperas para nada que lo que hay al otro lado es un anfiteatro romano, uno de los lugares más antiguos de la ciudad. Ahora es un lugar de encuentro donde la gente se sienta a hacer picnics y los niños juegan al futbol.

Les Nautes
Si cruzamos el Sena por el puente que pasa tras la Isla de San Luis, veremos un bar muy especial: Les Nautes. Este bar está situado en el paseo norte del Sena y, cuando hace bueno, hay mucho ambiente. Es un lugar perfecto para terminar el día y ver la puesta de sol tomando una cerveza. Eso sí, una cerveza por 7 euros… París no es barato, ya te habrás dado cuenta. Es uno de mis bares favoritos de París, por eso lo incluyo en el artículo. Lejos de los agitados bares turísticos de Chatêlet, Les Nautes ofrece un ambiente tranquilo y animado con un público más local. La parada de metro más cercana es Sully-Morland (línea 7).

Calle Crémieux
Caminando hacia la derecha, hacia la zona este de París, un poco por debajo de la Plaza de la Bastilla, encontramos una calle muy especial. La calle de Crémieux. Junto a la Gare de Lyon, esta pequeña calle rompe con la estética parisina para transportarnos a una ciudad cálida, con casitas de colores a lo Notting Hill. Es una calle peatonal en la que parece que el ruido cesa. Para llegar en metro hay que bajarse en la Gare de Lyon (línea 1) y andar unos minutos.

Ville de Saint Paul
Vamos a continuar subiendo. Llegamos al famoso barrio Le Marais, uno de los favoritos para pasear y tomar algo. Justo en la frontera, en la zona de Saint Paul por detrás de la iglesia que lleva el mismo nombre, encontramos la Ville de Saint Paul (la ciudad de Saint Paul). Consiste en un complejo de patios interiores conectados en los que hay pequeñas cafeterías y otros negocios. Es un lugar curioso porque no te esperas que a unos pasos de la gran avenida de Rivoli, vayamos a encontrar este espacio, normalmente vacío y tranquilo. También se llega con la línea 1 a la parada Saint Paul Le Marais.

Mercado de los Enfants Rouges
Sin salir de Le Marais, vamos a parar a comer en el Marché des Enfants Rouges. Este mercado está en el centro del barrio y consiste en pequeños puestos de comida de todas las nacionalidades. Siempre está animado pero guarda el formato tradicional de mercado, en el que siempre hay algo de caos y buena comida. Encontramos desde cuscús hasta cocina criolla, para gustos comidas.

Bouillon Chartier
Hablando de comida y restaurantes, quería incluir uno de los lugares obligatorios a probar durante una estancia en París. En realidad hay tres restaurantes, porque dado su éxito decidieron extenderse y formar una pequeña cadena. Los restaurantes Bouillon Chartier, localizados en Grands Boulevards, Montparnasse o Pigalle, son una cadena de restaurantes de comida tradicional francesa. Algo más turísticos que el resto de lugares mencionados en el artículo, fueron creados para vender platos caseros y asequibles a todos los parisinos, independientemente de su clase social. Encontramos gente de todas las edades, sobre todo franceses, a cualquier hora del día. Los platos rondan los 10 euros y los locales cuidan la estética tradicional francesa. Como hay tres, siempre tendrás uno cerca.

Canal
Vamos a seguir subiendo hacia el norte de la ciudad. En la línea 2 de metro, bajándonos en Jaurès, encontramos el canal de París. Podemos caminar hacia la Plaza de la República o hacia La Villette. En Jaurès hay un bar que se llama Point Éphémère en el que siempre hay eventos culturales, desde pintura hasta música, y siempre hay buen ambiente, también muy local. A lo largo del canal encontramos a gente haciendo picnics o simplemente paseando. Es una zona menos concurrida que la del Sena y muy agradable para darse un respiro de la ciudad.

Buttes Chaumont
En la misma zona y misma parada de metro, podemos caminar hacia un parque muy curioso, el Buttes Chaumont. Este parque es uno de los más grandes y más originales de París. Lo que más llama la atención de este parque es su gran desnivel. En el centro encontramos una colina con un mirador que ofrece unas vistas diferentes de la ciudad, sobre todo del famoso barrio de Montmartre. Es uno de los parques preferidos de los parisinos y sus laderas verdes albergan diversos grupos de gente que se reúnen cuando hace bueno.

La Villette
Y por último, en el mismo barrio siguiendo el canal hacia el norte, encontramos el complejo de la Villette, que he mencionado antes. Ese parque está formado por zonas verdes que rodean el canal, dos teatros, varios espacios culturales y un enorme centro comercial al final. Es un espacio muy amplio que ofrece diferentes actividades culturales y deportivas. La Filarmónica de París y el Conservatorio Nacional de Música y Danza se encuentran en este complejo, justo al lado de los teatros. También es una zona agradable para pasear o simplemente para sentarse en el verde.

París esconde mucho más secretos y lugares que no se visitan en un primer viaje a la ciudad. Muchos de los cuales solamente descubriremos si conocemos a alguien que nos lo muestre. Pero ahí está la gracia y el encanto de París y de cualquier gran ciudad. El hecho de que siempre habrá algo por conocer. Algo que no esperamos y que nos sorprenderá.

