Preparar un bizcocho parece fácil, pero hay que tener en cuenta varios aspectos: las cantidades, el horno, la levadura…
Si sigues estos consejos, vas a tener unos bizcochos perfectos que te van a endulzar el día.
Es una receta que nunca falla, ¿a quién no le apetece un trocito de este riquísimo dulce?
Pesar los ingredientes
La repostería es exacta, y por eso es necesario pesar todos sus ingredientes en una báscula de cocina. También hay que tener en cuenta el tamaño de los huevos.

Tamizar la harina
Para evitar grumos en la masa y conseguir un bizcocho esponjoso, no nos podemos saltar este paso. Se puede tamizar con un colador o un tamiz. No eches la harina de golpe, es mejor incorporarla poco a poco. Al igual que la harina, también se debe colar la levadura química y el cacao en polvo.

Incorporar la cantidad de azúcar correcta
No hay que reducir la cantidad de azúcar estipulada en la receta, ya que no podemos cambiar las cantidades: esto puede influir en el crecimiento de nuestro bizcocho.

Batir los huevos con el azúcar
Haciendo esto conseguimos aire y, con ello, vamos a obtener una textura blandita y que suba nuestro bizcocho.

No batir excesivamente
Lo ideal es una velocidad lenta para conseguir esa esponjosidad deseada. También son aconsejables los movimientos envolventes -en forma de círculos- cuando integramos el merengue y la harina.

Verter la masa en el molde con cuidado
No se puede incorporar con fuerza la masa en el molde, ya que vamos a perder las burbujas que hemos creado a la hora de batir. El molde debe ser previamente engrasado con mantequilla, aceite o un spray antiadherente, e incluso se puede añadir un poco de harina, y así evitamos que el pastel se quede pegado. También pueden forrarse con papel vegetal. Si el bizcocho es de chocolate, espolvorea el molde con cacao. De lo contrario, tu bizcocho saldrá un poco manchado de harina. No llenes el molde más de ¾ de su capacidad, ya que la masa va a subir por el efecto de la levadura y se puede desbordar.

No incorporar demasiada levadura
Hay que añadir la cantidad que ponga en la receta. Si lleva demasiada el bizcocho va a crecer muy rápido, pero también acabará bajando muy deprisa. Si lleva muy poca, el bizcocho no va a subir y se quedará plano. Otro punto a tener en cuenta es que las levaduras no estén caducadas, porque en ese caso no harán ningún efecto.

Precalentar el horno
Hay que calentar el horno antes de introducir nuestro pastel. Lo ideal es hacerlo 15 minutos antes, para conseguir una cocción adecuada. Y, por supuesto, tenemos que configurarlo a la temperatura que nos indique la receta. Si esta muy caliente el bizcocho se abrirá por el centro y se bajará cuando lo saques del horno: colócalo en el medio, y con calor arriba y abajo. No uses el ventilador.

No abrir el horno
Durante el horneado no se debe abrir el horno. Si lo hacemos, es muy probable que el bizcocho se baje y no consigamos esa esponjosidad. Se puede abrir cuando el pastel haya cogido algo de color. Para saber si ya está listo, lo pinchamos con un cuchillo y, si sale limpio, significa que nuestro bizcocho ya está cocido. No lo dejes demasiado tiempo , porque se puede resecar.

No desmoldar en caliente
Hay que esperar que el bizcocho se enfríe, ya que se puede romper. Es importante no dejar los bizcochos en lugares secos, para que no pierdan la humedad.
