En una sociedad marcada por el consumismo y una preocupación puntual por el medio ambiente, el Black Friday se convierte en la última pieza del ciclo insostenible en el que nos mantenemos.
Lo que comenzó como un día caótico para los comercios, el Black Friday ha evolucionado hasta mimetizarse en nuestra cultura cada último viernes del mes de noviembre, marcando así el inicio de la temporada navideña.
No dejes para mañana lo que puedas comprar hoy
La promoción de grandes descuentos y ofertas crea un sentido de urgencia en el consumidor. Ello conlleva al consumismo compulsivo y un aumento masivo de la producción para satisfacer la demanda.
El Black Friday está precisamente caracterizado por sus infames descuentos en un corto período de tiempo. La realidad es que alrededor del 41% de los productos rebajados durante el Black Friday no ofrecen un ahorro real para los consumidores, en comparación con sus precios habituales. Aquellos que sí están en oferta, tienen un descuento promedio del 24%, según un estudio publicado por Wallethub.
Este tipo de marketing de urgencia se traduce en un impacto directo al medio ambiente.
Green Alliance estima que el 80% de los productos comprados en Black Friday, junto con su embalaje, terminan desechados o devueltos. Solo el transporte de estos productos genera más de 429,000 toneladas de CO₂, lo que equivale a 435 vuelos de ida y vuelta de Londres a Nueva York.
¿Cómo podemos calcular el impacto medioambiental de nuestras compras y qué supone esta cantidad para el medio ambiente?
La huella de carbono de un producto se calcula teniendo en cuenta su ciclo de vida, que incluye su fabricación, transporte y embalaje. En el caso de un teléfono móvil, esta huella varía entre 50 y 100 kg CO₂ por su fabricación, a lo que se añaden entre 5-10 kg CO₂ por transporte y entre 10-15 kg CO₂ durante su uso en un período de dos a tres años.
Esto equivale a unos 55 kg CO₂, lo suficiente para abastecer un hogar promedio en España con electricidad durante dos meses (considerando que 1 kWh de electricidad genera aproximadamente 0,25 kg de CO₂). Para compensar esta cantidad, serían necesarios alrededor de 2,500 árboles, capaces de absorber 22 kg de CO₂ al año.
¿Es posible un Black Friday sostenible?
La respuesta depende de nuestra conciencia colectiva. Es esencial que las empresas adopten prácticas más responsables, reduciendo las estrategias de marketing agresivo y la producción masiva. Priorizar la calidad sobre la cantidad es el primer paso hacia un futuro más sostenible.
Buy Nothing Day ( día de no comprar nada). Este día anima a las personas a a abstenerse de comprar durante 24 horas
Small Business Saturday (sábado de pequeños negocios). Una iniciativa que fomenta el consumo minorista.
Green Friday (viernes verde). Algunas empresas se decantan por este día promoviendo prácticas de compra ecológicas y el apoyo a marcas sostenibles. Muchas empresas venden productos reciclados, plantan árboles o donan parte de sus ganancias a causas medioambientales.
El verdadero ahorro no reside en aprovechar descuentos, sino en gastar lo mínimo necesario para satisfacer nuestras necesidades reales.

