Uno de cada cuatro perros adoptados en Navidad acaba abandonado en enero
La temporada navideña, marcada por el estruendo de la pirotecnia, el aumento de las reuniones y el cambio de rutinas, se convierte en una época de alto riesgo y estrés para millones de animales, tanto domésticos como silvestres. Lo que para los humanos es celebración, para la fauna es una fuente de pánico, desorientación y, en el peor de los casos, abandono.
La pirotecnia: un impacto auditivo y físico
El uso de fuegos artificiales y pirotecnia es, sin duda, el factor más traumático para los animales durante las festividades. Los animales poseen una sensibilidad excepcional a los estímulos visuales y auditivos, lo que amplifica el impacto de las detonaciones. Para las mascotas, el estruendo provoca pánico, desorientación y un riesgo cardíaco significativo. Veterinarios y expertos advierten que la pirotecnia puede causar dolor, estrés extremo y, en casos graves, lesiones físicas severas e incluso la muerte. El impacto se extiende a la fauna silvestre. Las aves, mamíferos y reptiles enfrentan episodios de pánico que alteran negativamente su comportamiento, provocando que huyan de sus hábitats, se desorienten y, en ocasiones, colisionen fatalmente contra estructuras.
Riesgos en el hogar: intoxicación y rutinas alteradas
El ambiente festivo en el hogar también presenta peligros específicos para perros y gatos. El cambio en la dieta y la disponibilidad de alimentos humanos pueden llevar a intoxicaciones y problemas gastrointestinales. Además, los adornos navideños, como luces, guirnaldas y el árbol, se convierten en fuentes de riesgo de lesiones o ingestión de cuerpos extraños. La alteración de la rutina es otro factor de estrés, según Animals Healts cerca de uno de cada cinco dueños de mascotas (18%) admite que la rutina de su perro se ve afectada durante la Navidad, lo que puede generar ansiedad y problemas de comportamiento.
La triste cifra del abandono post-navideño
Quizás el impacto más desolador de la temporada es el aumento del abandono de mascotas. La Navidad es una época en la que la adopción y la compra de animales como regalo se disparan. Un dato preocupante es que el 16,2% de los perros se adoptan en vísperas de la Navidad, según La Razón.
Sin embargo, la euforia inicial a menudo se desvanece con la llegada de la rutina. Las cifras de abandono se disparan en el mes de enero. Se estima que uno de cada cuatro perros es abandonado tras la Navidad. En algunos países, la situación es aún más crítica, con estimaciones que sugieren que siete de cada diez mascotas regaladas en Navidad son abandonadas antes de cumplir un año.
Este fenómeno se debe a la falta de previsión y a la consideración del animal como un objeto en lugar de un ser vivo con necesidades. El abandono no solo es un acto de crueldad, sino que también satura los refugios y protectoras de animales.
Hacia una celebración responsable
Para mitigar el sufrimiento animal durante las fiestas, los expertos y organizaciones de bienestar animal recomiendan:
- Evitar la pirotecnia: La medida más efectiva es abstenerse del uso de fuegos artificiales. En caso de no ser posible, crear un refugio seguro y aislado del ruido para las mascotas.
- No regalar animales: Concienciar sobre la responsabilidad a largo plazo que implica tener una mascota. La adopción debe ser una decisión familiar y meditada.
- Cuidado en el hogar: Mantener los adornos y alimentos peligrosos fuera del alcance de las mascotas.
- Conciencia silvestre: Reducir la contaminación lumínica y sonora en áreas cercanas a hábitats naturales para proteger a la fauna silvestre.
La Navidad puede ser una época de alegría para todos, siempre y cuando se extienda la empatía y la responsabilidad hacia los miembros más vulnerables de la comunidad, incluidos aquellos que no tienen voz.

