Las fronteras de la biología son inmensas. Muchas veces, al ser la ciencia que estudia la vida y estar dotada de unos límites tan lejanos, entra en conflicto con lo que los humanos solemos llamar ética. Esa norma moral que en la mayoría de las veces rige nuestras decisiones, y por ende nuestra vida. ¿Y si te dijera que la vida tal y como la conocemos puede ser engendrada de otra manera? ¿Y si te dijera que una niña puede tener dos madres biológicas?
Es claro que todo esto conlleva unas implicaciones morales tremendas que en ningún caso son el objetivo a abordar en este artículo. Hablemos de ciencia. En 2004 la revista Nature publicó un artículo por lo pronto peculiar: unos investigadores de la Universidad de Tokio dirigidos por Tomohiro Kono acababan de notificar el nacimiento de una hembra de ratón. Una hembra de ratón concebida a partir de dos óvulos. Kaguya, así se llamó la pequeña hembra de ratón que tuvo a la comunidad científica sobrecogida.

Kaguya tenía dos mamás. Tener dos mamás o dos papás es algo que en la naturaleza se da en muchas especies como bonobos, delfines, pingüinos, jirafas etc. Sin embargo, dichos padres no son los progenitores, es decir, no son (al menos ambos) los padres biológicos. El doctor Kono y su equipo habían conseguido fecundar un óvulo con otro óvulo, Kaguya no tenía padre biológico. Es reseñable que todo ello a partir de un largo proceso de testeo así como de modificaciones genéticas a ambas células reproductoras.
¿Pero como consiguieron todo esto? Con ingeniería genética manipularon los genes H19 e Igf2. El H19 se expresa en el gameto femenino únicamente y el Igf2 solo en el masculino (ya que el H19 no le deja expresarse). Los científicos silenciaron el H19 de uno de los óvulos y de esta forma consiguió manifestarse el Igf2 estimulando así la fecundación como si de un proceso natural se tratase.

Kaguya, como no podía ser de otra forma fue hembra (genéticamente XX) ya que no podía heredar el gen Y de ninguna de sus progenitoras. Además, tuvo descendencia al igual que los de su misma especie y vivió hasta una edad madura.
Si bien esto es posible con ratones, a día de hoy ya se sabe que con humanos es prácticamente imposible. La ingeniería genética necesaria para posibilitar la inducción de una fecundación es mucho más compleja en nuestra especie y ni de lejos equiparable. La ciencia, aún así, siempre busca el camino. De hecho, a 2020 ya hay al menos un boceto de la ruta a seguir.
Científicos del Instituto Weizmann y de la Universidad de Cambridge lograron crear espermatozoides y óvulos a partir de células madre en humanos. Todos tenemos una ligera idea de lo que es una célula madre: una célula sin especializarse, es decir, una célula que aún no se ha convertido en neurona, en célula de la piel, del corazón o del hígado. Simplemente puede llegar a ser cualquier tipo de célula. De nuevo, gracias a modificaciones de algunos genes, estos científicos publicaban en la revista Cell como a partir de estas células tan especiales lograban obtener gametos tanto masculinos como femeninos.

Enlazando con lo último mencionado, lo asombroso de esta publicación es que a partir de tus células madre, sería posible cultivar tanto espermatozoides como óvulos. Esto quiere decir que independientemente de tu sexo biológico podrías tener hijos con cualquier persona que así lo autorice también. A pesar de que ya se haya conseguido, esto aún es un proceso que necesita de mucha maduración y que no se podrá ver a corto plazo. Habrá que esperar un tiempo para que Kaguya no sea, nunca mejor dicho, la única en su especie.
De hecho, la muralla del saber no es la más alta en estas investigaciones. Las repercusiones que éstas suponen en cuanto a creencias, ideas y normas conductuales de nuestra comunidad son colosales. La vida humana es algo que debemos tomar muy en serio, y en este tipo de estudios los comités de bioética son un pilar fundamental con el fin de garantizar el máximo respeto a la vida así como una seguridad estricta para protegernos como especie.
Hace 100 años nadie podía imaginar que podríamos crear vida humana en una probeta, es posible que aún no podamos imaginar de lo que seremos capaces en los 100 siguientes ¿Estarías dispuesto a cultivar tus propios gametos “artificiales”? ¿Crees que de ser posible permitiríamos este tipo de reproducción asistida como sociedad? Pero lo más importante: ¿hasta dónde llegan los límites para crear vida humana en un laboratorio?