La Real Academia de la lengua española define la enfermedad de Alzheimer como «Trastorno neurológico progresivo caracterizado por la pérdida de la memoria, de la percepción y del sentido de la orientación, que se produce ordinariamente en la edad senil«. Sin embargo, todos los que conocemos esta patología en personas mayores, sabemos que no es tan simple como una definición en Internet. El «miedo a olvidar» se normaliza entre las nuevas generaciones.
Los grados del Alzheimer van variando en función de la etapa en la que esté el paciente. Según la Fundación Pasqual Magaral, hay seis etapas, donde la demencia se va acrecentando. Las enfermedades mentales, aunque aún hoy en día sean un estigma social, siguen siendo enfermedades que se pueden tratar con la ayuda médica necesaria.
Para presentar el tema a una sociedad que tiene miedo a que la olviden, tanto la gran pantalla, como la pequeña, tratan de forma recurrente el Alzheimer. De esta forma, el espectador sentirá su dolor reflejado en los personajes que tienen familia que lo padecen y parecen comprenderlos. Encontramos, por ejemplo, a los personajes de Ellis Grey y Adele Weber en la serie Anatomía de Grey (2005-), Mija en la película Poesía (2010, Lee Chang-dong) o Allie Hamilton en El diario de Noa (2004, Nick Cassavetes).
El Padre de Florian Zeller
Durante los Óscar de 2021, la película dio el do de pecho. Ganó, entre otros, el premio al mejor guion adaptado y a mejor actor gracias a la gran interpretación de Anthony Hopkins. La emotiva obra trata de la vida vista desde los ojos de Anthony: un anciano con Alzheimer que vive desorientado y confunde constantemente la realidad.
La interpretación de todos los personajes hacen que nos cuestionemos qué pasa realmente en la casa. El estado de la enfermedad de Anthony se va agravando cada vez más mientras nos cuenta la vida de su hija y cómo sufre por la situación. La maravillosa forma de tratar a ambos personajes es una obra de arte, que no solo te causa pena, sino rabia por este tipo de enfermedades.
Cada vez es más frecuente el miedo a que las personas de nuestro alrededor o nosotros mismos desarrollemos esta enfermedad. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las muertes por demencia han aumentado estos años.
Sin embargo, por la pandemia abandonamos a este segmento de la población, les «olvidamos». Cuando los focos de infección se concentraron en las residencias, se decidió actuar, sin embargo, para muchos fue demasiado tarde. Muchos de los familiares han tenido que lidiar con aquellos que padecieron Alzheimer y hoy, mi aplauso es para ellos, por todo lo que vivieron todo este año.