De la mano de Yorgos Lanthimos y Emma Stone como papel protagonista, Pobres Criaturas llegó a los cines el pasado 26 de enero. Tras ser la ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia y con un total de 11 nominaciones en los Premio Oscar se posiciona como una de las propuestas más interesantes de todo el año.
El cineasta griego comenzó su carrera con Canino (2009), una cinta en la que ya se veían sus influencias variadas y su afán por mostrar distintas contiendas sociales a modo de sátira. Siguiendo con lo más destacado de su filmografía, gracias a Langosta (2015) se consagró como uno de los directores más interesantes de su camada, reafirmando este hecho con La favorita (2018). En este caso Pobres Criaturas recoge todos los aspectos que el cineasta ha ido sembrando a lo largo de su carrera.
El Dr. Godwin (Willem Dafoe) encuentra el cadáver de la joven Bella Baxter (Emma Stone) y decide devolverle a la vida. Sin embargo, esta no recuerda nada del mundo que le rodea y siente una gran curiosidad por explorarlo. De este modo decide emprender una aventura en la que viajará a distintos países con un abogado con unas intenciones muy diferentes a las de Bella. De esta manera, la protagonista se dará cuenta de manera progresiva de los encantos y los siniestros de la realidad en la que vive.
La mirada retrospectiva del ser humano desde los ojos de Bella
La película se fundamenta en el viaje experimental que lleva a cabo el espectador de la mano con el personaje interpretado por una sensacional Emma Stone. Desde la inocencia que caracteriza a este personaje, el director se adentra en el interior de la mente humana para plantear los abusos de poder que suceden en la sociedad actual. Durante su travesía, Bella comienza a experimentar los placeres de la vida mediante un hilo conductor que surge de manera simultánea a su despertar sexual. Al mismo tiempo, brotan en el subconsciente del personaje nuevas inquietudes como el por qué de su mera existencia o el apego de la sociedad por todo lo material.
En el cine de Lanthimos, la crítica a la sociedad convencional es un factor que se repite en todas sus obras visto desde distintos prismas. En este en concreto se introducen diversos modos de pensamiento sobre la sociedad, representados por distintos personajes, sin el objeto de imponer sino de proponer al espectador para que este reflexione. El relato transcurre en un mundo claramente diferenciado por la clases sociales y que encuentra su identidad en lo políticamente correcto. La ambientación y la banda sonora, bella a la par que estridente, juegan un papel fundamental de manera consecuente a lo que se está planteando. Además, los tintes de humor integrados en el filme aportan matices que elevan la experiencia dándole un toque humano.
Nihilismo y esperanza
La película representa como en un mundo con unas bases establecidas que parece no tener solución, el personaje de Bella llega para intentar cambiarlo. Sin embargo, hay cosas que ni el propio ser humano puede alterar, por lo que, esta experimentará una dolorosa odisea para aceptar las injusticias mundanas del día a día, pero sin dejar de lado ese espíritu esperanzador. La aceptación de diferentes realidades que involucran diversas concepciones sobre temas que están en el imaginario colectivo de la sociedad, como el sexo, el poder y la corrupción del propio ser, crearán en Bella una disyuntiva sobre qué es realmente lo correcto.
Diseño artístico barroco y expresivo
Es imposible hablar de Pobres Criaturas sin mencionar su imponente apartado visual. La creación de atmósferas en base a los distintos escenarios extravagantes que aparecen, empatizan con las emociones y los sentimientos de Bella y sirven a modo de nexo entre todos los elementos de la película. La paleta de colores junto a la composición de cada plano, al unísono con la música, transmutan dependiendo de la escena y de las ideas que se plasman en ella. Sin embargo, el perfeccionismo que respira esta cinta en todos los sentidos puede resultar en algunas ocasiones algo confuso, debido a la saturación de elementos. Esto provoca que el trasfondo social que tiene la película pase a un segundo plano siendo opacado por el fenómeno visual que se contempla. Aunque, por el contrario, cuando todas esas piezas encajan y ponen rumbo en una misma dirección es entonces cuando la cinta alcanza su cenit.
En última instancia, el trabajo artístico que se lleva a cabo recoge influencias que van más allá del cine involucrando a otras ramas del arte como el expresionismo y el surrealismo. Sin duda, el director griego deja claro su intención de hacer una película que destaque en todos los apartados para llevar su entendimiento sobre el cine a la ambición más absoluta.
