Lanthimos y el cine que provoca
Yorgos Lanthimos, el aclamado cineasta griego regresa a las pantallas este 2025 con su nueva entrega, Bugonia. Se trata de una adaptación de Save the green Planet!, película de culto del director surcoreano Jang Joon- hwan. En esta nueva versión, Lanthimos trae una vez más el recurso característico de su cine, provocar e incomodar al espectador para que se cuestione todo.

Emma Stone, Jesse Plemons y un reparto que potencia el universo de Lanthimos
Uno de los elementos más llamativos de Bugonia es su reparto, encabezado por Emma Stone y Jesse Plemons, dos actores que son polos opuestos dentro de la narrativa; ella, como una poderosa ejecutiva y él, como un hombre conspiranoico obsesionado con la idea de que es ella es un alien enviado a destruir la tierra, lo que lo lleva a secuestrarla. Es una dualidad que define el ritmo dramático de la historia y enriquece el juego psicológico que Lanthimos propone.

Emma Stone vuelve a colaborar con el director, consolidando su dinámica creativa que ya ha dado resultados memorables (Poor things, 2023). Lanthimos ha encontrado en ella una intérprete capaz de adaptarse a sus universos incómodos y de explorar personajes que exigen vulnerabilidad, ferocidad y un manejo preciso de lo absurdo. Su trabajo conjunto, consigue en Bugonia un matiz más físico, inquietante y emocional. Stone interpreta a una figura de poder que parece intocable, y justamente eso la convierte en el blanco perfecto de una paranoia.

Jesse Plemons, por su parte, aporta una intensidad que contrasta con la frialdad calculada del personaje de Stone. Su rostro, transmite a la perfección la duda, la obsesióny miedo casi a la vez, encajando en la atmósfera que Lanthimos construye.
Conspiraciones, paranoia y un mundo que ya no sabe en qué creer
Bugonia traslada la historia de Save the Green Planet! a un contexto contemporáneo marcado por la desinformación, la viralidad de las teorías conspirativas y la fragilidad de la verdad. Muestra cómo a veces terminamos atrayendo o convirtiendo en realidad, aquello que más tememos.
La película no valida teorías conspirativas, critica lo que producen. Teddy (Jesse Plemons) tenía razón sobre los extraterrestres, pero estaba equivocado sobre sus intenciones. Y ese es el verdadero conflicto, no es una lucha entre clases, especies o poder, sino entre trauma y conexión. El trauma es el antagonista que impide confiar, acercarse y escuchar la verdad.

Este personaje vive en un mundo construido desde su dolor y su confianza rota en las personas. La conspiración es su refugio y el intento desesperado de darle sentido al sufrimiento. Pero ese intento lo lleva a imponerle su dolor al personaje de Emma Stone. La escena de la electrocutación se vuelve central, ya que es el recordatorio de que quienes están heridos, hieren. Al repetir la violencia sobre ella, termina provocando lo que ha buscado evitar y teme durante toda la película, que la alienígena vea a la humanidad a través de su dolor y decida que no vale la pena salvarla.
Las abejas como símbolo de vida, muerte y regeneración
El título de la película no es casual. “Bugonia” es un antiguo mito que afirmaba que las abejas podían regenerarse a partir de un cadáver. Lanthimos retoma ese concepto como uno de los centros metafóricos de la película. Las abejas representan un ciclo corrupto de vida que nace de la muerte, una regeneración que nace de lo podrido y la descomposición.

Las abejas evocan fragilidad y comunidad, pero también un modo de organización muy exacta, casi alienígena. Esto encaja a la perfección con la trama donde el personaje de Emma Stone se convierte metafóricamente en ese centro o abeja reina que otros interpretan como una amenaza. Lanthimos busca plantear la reflexión de que incluso lo que parece natural, a veces no lo es tanto.
Una cinematografía al servicio de lo extraño
La fotografía apuesta por encuadres cerrados, ángulos inusuales y una iluminación que alterna entre lo clínico y lo sombrío, en su mayoría rodada en 35mm y con cámaras VistaVision. Esa elección no pretende embellecer, sino intensificar el desasosiego. Cada plano parece diseñado para que el espectador no pueda confiar del todo en lo que está viendo.

Los movimientos de cámara, a veces suaves y otras bruscos, acompañan el estado emocional de los personajes que se descomponen a medida que la película avanza. Lanthimos utiliza distorsiones visuales, juegos de enfoque y una paleta de colores que se mueve entre lo orgánico y lo artificial, reforzando la sensación de que los personajes están atrapados en un mundo que parece real, pero no lo es del todo.

Bugonia: conexión, dolor y un espejo a la humanidad
Esta cinta reafirma a Yorgos Lanthimos como un director que no teme adentrarse en terrenos inusuales y cuestionar al espectador. Su cine nunca ha buscado la comodidad, y en esta película se refuerza el principio de lo absurdo, la violencia psicológica y la desestabilización constante. Obliga a mirar de frente lo que normalmente evitamos.

