Del revés 2 es un reflejo de la primera entrega donde las emociones se vuelven más complejas durante la adolescencia
Lo nuevo de Pixar y Disney repite la misma fórmula que su predecesora, volviéndose inevitablemente más previsible y menos original al incorporar la misma estructura narrativa y el mismo mensaje, aunque en Del revés 2 cobran protagonismo nuevas emociones que indagan en la complejidad humana.
La industria cinematográfica tiene claro que, actualmente, la fórmula del éxito en taquilla pasa por crear continuaciones de películas previamente estrenadas que ya cuenten con el beneplácito del público. Así lo contó Pete Docter, director de Del revés (2015), en una entrevista reciente con Time. «[Las secuelas] son más complicadas que las originales porque no podemos ofrecer la misma idea otra vez. Tenemos que construir algo nuevo mediante vías que la gente no pueda esperar», dijo.
Con esto en mente, Pixar se puso manos a la obra para reconquistar a los espectadores con una nueva versión de Del revés. Y la llamo «nueva versión» porque replica todo lo que funcionó en la primera entrega: la misma estructura, el mismo mensaje, el mismo final… A pesar de contar con un equipo de dirección y guion distinto respecto a la primera película (solo repite Meg LeFauve como guionista), Del revés 2 (2024) apenas innova. Lo hace, eso sí, en elementos superficiales, como sustituir la infancia por la adolescencia o incorporar cuatro nuevas emociones: Ansiedad, Envidia, Vergüenza y Ennui (aburrimiento).
Esto contradice las palabras de Docter sobre la necesidad de que las secuelas innoven y creen sorpresa. Desde luego, este nuevo estreno no cumple con dicho propósito, pero no por ello será un fracaso comercial. Al contrario. La película consigue reformularse en apariencia, con una historia nueva pero igual de emotiva, divertida, ágil, accesible y reflexiva.
Ser adolescente es una pesada carga
Bajo esta frase se formula el guion de la película, donde Riley debe enfrentarse a situaciones nuevas con las que nunca tuvo que lidiar mientras era una niña. Ahora, con 13 años, la cosa cambia. Si la primera entrega abordaba la infancia, Del revés 2 se hace cargo de la adolescencia y de la alarmante pubertad (como subraya la propia obra en el detonante) con el objetivo de indagar en las complejidades del ser humano a la hora de tomar decisiones, enfrentarse a nuevos retos y acercarse a la adultez.
Así, el largometraje se construye bajo la contradicción entre querer ser una buena persona y, al mismo tiempo, ser un humano de carne y hueso que comete errores. Bajo este pretexto, aparece el personaje de Ansiedad como coprotagonista, relegando a Alegría del papel omnipresente que jugaba durante la infancia. Esta nueva emoción representa de manera fiel lo que significa tener ansiedad, pero es cierto que el excesivo positivismo con el que Disney acostumbra a concluir sus películas resta realismo y crudeza a esta emoción.
En cuanto a la animación y la estética, la segunda entrega crea nuevos elementos visuales y narrativos que van más allá de las nuevas emociones. De esta forma, aparecen representados los valores como parte de la identidad humana, mientras las islas de la personalidad apenas se mencionan de pasada durante los primeros minutos del metraje. Además, cabe destacar que el filme combina distintos tipos de animación durante la fase de aventuras de la historia en un divertido juego sobre la nostalgia.
En definitiva, Disney ha sabido encontrar un nuevo camino a esta historia, volviendo a plantear una interesante reflexión sobre la identidad y la condición humana. Pero esto lo consigue replicando los mismos recursos que su predecesora, lo que resta originalidad e interés artístico a Del revés 2. Y es probable que ocurra lo mismo con las futuras entregas. Al menos, la película da pistas de que la saga continuará…
