Fran López Galán, redactor y reportero de la sección de cultura y sociedad en laSexta Noticias, presenta su primera novela También fuimos silencio
Fran López Galán nos adentra en el camino del protagonista para descubrir su verdadera identidad. Un protagonista que tiene apenas una semana para contar todo aquello que tantos años lleva guardando. Una novela con personajes llenos de miedos y silencios que tendrán que romper para poder sentirse al fin en libertad.
Fue como ganar la lotería
Pregunta: ¿Cómo has recibido el lanzamiento de tu primera novela, También fuimos silencio? ¿Cuáles han sido tus primeras sensaciones?
Respuesta: Pues muy raro. Yo he escrito desde pequeño, me recuerdo siempre escribiendo, lo raro es cuando alguien de repente te llama para decirte que te quieren publicar, es algo que siempre has soñado, pero nunca te imaginas que puede ocurrir. También es verdad que si eres una persona autoexigente crees que lo que haces no es lo suficientemente bueno, siempre tiendes a pensar que aquello no va a valer.
Recibí la llamada de mi editora el 22 de diciembre, lo que para mí fue la lotería. Estaba en casa con mis padres, acababa de nacer mi sobrino, y de repente me llama para decirme que había leído el manuscrito y que lo quería publicar. En el primer momento fue una cosa increíble porque era algo que había soñado siempre, pero hasta que no ocurre no lo ves real. Ha sido de verdad muy emocionante.
P: ¿Qué te llevó a escribirla?
S: Es algo que surgió un poco de forma orgánica. Yo siempre había escrito, había escrito textos más largos, relatos. Hace ya bastantes años, cuando me vine a Madrid, quise, de alguna manera, profesionalizar un poco ese trabajo, ser escritor, e hice varios cursos en la escuela de escritores. Ahí ya tenía una motivación y quise hacer algo real, algo que sirviera de verdad como novela. En ese momento estaba en un curso de novela y cada semana teníamos que presentar textos en clase de una idea que tuviésemos. Yo empecé a escribir otro texto, pero aquello no me salía, estaba atascado, la profesora vio que estaba perdido y me dijo que me centrara en escribir algo que de verdad me preocupara, algo que conociera de primera mano. Entonces empecé a darle vueltas y, por mi situación personal y por situación de gente conocida alrededor, empecé a pensar que por qué no hablaba de algo que generacionalmente ha marcado a muchas personas, la identidad.
Quizá hoy en día nosotros, personas más jóvenes, tenemos más asumido ser homosexual, heterosexual, bisexual, etc., lo tenemos más integrado en nuestro vocabulario y en nuestra sociedad. Pero para muchas personas que nos han precedido, expresarse como uno era, o mostrarse como uno era, resultaba un problema. Pensé que, a pesar de ser muy jóvenes y tener más facilidad, por qué no indaga en qué suponía que una persona no se pudiese mostrar tal y como es. Ahí vi una especie de luz y empecé a escribir sobre eso. Fui a clase, llevé algunos capítulos, a los profesores y compañeros les pareció una historia interesante y un poco de forma orgánica empecé a escribir, así fue como surgió. La identidad me pareció un tema importante para escarbar a ver que encontraba.
Sentirse identificado
P: Acerca de la novela, empiezas el libro, y la sinopsis de hecho, con una frase bastante impactante: “si mis padres estuvieran muertos todo sería más fácil”. ¿Cómo esperabas que el lector reaccionara ante esto?
R: En esta escuela de escritores en la que estaba, me acuerdo de que la gran mayoría de mis profesores decían mucho: “es muy importante en una historia el principio y el final y si en la primera frase ya atrapas al lector, has conseguido mucho”. Esta frase que abre el libro inicialmente no era la primera frase, estaba en otro capítulo más adelante. Pero cuando empecé a trabajar en la novela más en serio y a hacer correcciones, esta frase resonaba tanto que pensé: “¿por qué no empiezo por aquí?”. Yo lo que quería con esto era que ya el lector de partida viese que hay una especie de conflicto real en el personaje. Imagínate una persona que llegue a pensar que todo a su alrededor sería más fácil para él, y por su forma de ser, si sus padres no estuvieran vivos, es muy fuerte. Y para unos padres que un hijo pueda pensar eso yo imaginaba que también podía ser muy fuerte. Quería empezar ese arranque como si fuese un puñetazo y creo que de alguna manera lo hemos conseguido.
P: Hablando del protagonista, ¿te inspiraste en alguna persona para crearlo, ya sea algún amigo, familiar o incluso en ti mismo?
R: Es verdad que es una novela de ficción, hay algunas cosas mías porque, por algunas experiencias personales al final he vivido, no cosas similares a las que se cuentan en el libro, pero sí un proceso similar también, al final por ser cada uno como es. Lo que sí buscaba en la novela era que resonara la verdad, más allá de que todo pudiera ser más verosímil o no, que se busca mucho en la literatura, buscaba que cualquiera que lo leyera se pudiese sentir reflejado y que se reconociese en ella. Entonces, no soy yo la persona que protagoniza ente libro como Fran López Galán, pero sí hay algunas cosas mías que he utilizado para ficcionar. De alguna manera he ficcionado experiencias propias o experiencias de amigos, conocidos, como periodista he hecho muchos reportajes con personas con las que he hablado de este tema, y todo eso me ha servido un poco para nutrir al personaje y a la historia.
P: Durante toda la novela vemos como el protagonista ha sido condicionado por su entorno. ¿Hasta qué punto crees que nuestro entorno puede condicionarnos?
R: Creo que completamente y sobre todo en edades muy tempranas. Al final la gente más cercana son como tus “influencers”, es a quien tienes de referencia para, de alguna manera, repetir un poco los patrones que has visto. Por suerte, la sociedad ha cambiado mucho y es verdad que hay mucha más libertad, las cosas se entienden de otra manera, pero al final, en edades tempranas, en quien te fijas es en las personas que tienes más cerca. Y si no tienes un referente de aquello que se parece a ti, tampoco te puedes comparar. Si tu entorno, de alguna manera, te somete un poco hacia ese silencio, pues no te queda otra que ocultarte y más si crees que puedes ser una persona un poco diferente, por tu condición, por ejemplo. Creo que sí condiciona bastante el círculo más cercano, pero también la sociedad en general. Somos privilegiados porque vivimos en un país que no podemos comparar con otros países, pero es verdad que eso ha ido cambiando generacionalmente. ¿Cuánta gente anterior a nosotros ha vivido en silencio toda la vida porque no se ha podido mostrar como es? Eso es porque al final su entorno, de alguna manera, le impedía mostrase.
Incita al miedo, sobre todo al miedo al rechazo, porque si notas que no estas en eso que la gente llama “normal” o “habitual”, si nos tienes a alguien de referencia cerca, a alguien con el que te sientas identificado, piensas que es algo malo. Entonces tiendes a callarte, tiendes al silencio, de ahí un poco el título.
Todos tenemos miedos
P: El protagonista explica que escribió la novela para expresar aquellas cosas que tanto miedo le daba contar. ¿Piensas igual que él, que escribir nos da ese poder?
R: Yo creo que sí. Al final en la escritura intentamos contar todo aquello que no nos atrevemos a decir en la vida real. Ahí quedan plasmados nuestros miedos, nuestros anhelos, nuestras preocupaciones. Al final, si escribes sin la pretensión de publicar, sin censura, sin control, si escribes todo lo que te sale, vuelcas un poco tus sentimientos. En este caso, por ejemplo, el protagonista de la historia recurre a la escritura porque no se ha atrevido a contar quién es, por lo que decide desahogarse así. Pero mala suerte para él, que manda ese manuscrito al concurso y es finalista, ahí se empieza a acelerar todo. Por lo que podemos decir que se refugia en la escritura, sí.
P: Podemos ver a lo largo de la novela una serie de miedos que tiene el protagonista. ¿Qué es lo que de verdad le daba terror?
R: Yo creo que en el fondo lo que el protagonista teme, más allá del rechazo, es pensar que personas que a priori están más cerca y que se da por hecho que te tienen que querer, igual no le entiendan y no le quieran. Él tiene miedo a no ser querido por ser como es, como si algo se rompiese y ya no le fueran a amar, o a arropar, o a cuidar o a proteger. En el libro se narra un poco que al final este personaje es silencio, pero porque su familia también ha sido silencio. Se ha creado una bola tan grande que nadie es culpable de nada, muchas veces no les contamos las cosas a quien más queremos también quizá para no hacerles daño. Este protagonista elige el silencio por sí mismo porque tiene miedo al rechazo y también un poco para proteger a quienes él más quiere. Busca que aquellas personas a las que se va a tener que enfrentar no le dejen de querer, y ese miedo es muy potente.
P: ¿Y acerca de los miedos de sus padres?
R: En esta historia se habla del silencio del protagonista, pero también los demás son protagonistas. Se habla de un padre con muchos temores, un padre que es también bastante silencio, un padre que no se atreve a mostrar sus sentimientos, que también quizá ha podido cambiar su personalidad por la personalidad de la madre. Y luego está esa madre que está pensando constantemente en qué van a decir los demás y eso arrastra a la familia a que no se puedan decir ciertas cosas, creando un tabú sobre ciertos temas. El protagonista muchas veces se pregunta que habrá llevado a su madre a ser así. Incluso se preguntaba a sí mismo por qué nunca le contó sus miedos si los tenía, o por qué nunca hablaban de lo que le preocupaba. Se termina haciendo una bola tan grande en la que nadie habla, que al final se refleja un poco en que no solamente hay una persona con miedo. Los miedos son muy universales, todo el mundo tiene sus propios temores. El silencio al final es como una especie de barniz que lo cubre todo.
Seguir evolucionando, no quedarse atrás
P: Actualmente han cambiado muchas cosas, pero en el libro podemos ver que muchas otras siguen igual. ¿De dónde crees que viene principalmente este problema?
R: Es verdad que a pesar de que hemos evolucionado mucho, desde hace unos años se están legitimando ciertos pensamientos, ciertas actitudes, que antes quizá la gente ocultaba. Por ejemplo, la homofobia o la violencia machista. Ahora se habla muchas veces con mucha ligereza de ciertos temas que atentan contra los derechos humanos de las personas. Hemos evolucionado mucho, pero durante un tiempo estaba mal visto hacer según qué comentarios, ahora se están introduciendo de nuevo en el contexto político, en el contexto social, comentarios que denotan esa homofobia, esa violencia. Creo que eso lo ha venido a legitimar ciertos partidos políticos que están interviniendo para que esas personas que, de alguna manera, no se atrevían a decirlo públicamente, ahora se amparan en que hay una representación que les apoya y, por tanto, se creen más valientes que nadie. Esto lo tenemos que frenar entre todos porque es peligroso que los derechos que se han conseguido vayan otra vez para atrás. Hay que tener cuidado.
Todo el mundo tiene una historia detrás
P: Hablando de personajes más secundarios, Tom, al que se le presenta con mucha seguridad y, aparentemente, sin miedos, termina siendo alguien que también escondía su verdadero yo. ¿Por qué decidiste este giro en el personaje?
R: El personaje de Tom me lo inventé porque, sobre todo al principio, lo que estaba escribiendo era muy dentro del hospital y necesitaba salir de ese escenario. Un día se me ocurrió que quizá podía contar que le había ocurrido al protagonista cuando estaba en Londres, y creé el personaje de Tom. Con ese personaje quería contar que al final cada uno tenemos nuestra propia historia y que parece que podemos estar muy seguros de nosotros mismos o tener una personalidad muy marcada, pero al final todo lo que hemos sido también hace lo que somos ahora. Tom también tiene su pasado, como tienen todos, y, de alguna manera, cuando él regresa a Madrid y se vuelve a encontrar con el protagonista, hay algo que se recoloca otra vez. Queda como bonito, envuelto y empaquetado, porque todos al final ocultaban sus propios miedos, sus propias personalidades.
P: ¿Crees en las personas correctas en momentos equivocados?
R: Sí. Después de escribir este libro utilicé mucho el recurso del volcán, que además aparecen en sí en la novela. Se me ocurrió las personas volcán, que de repente aparecen, explotan, estalla todo y por alguna razón, aparecen en el momento correcto. Un volcán es imprevisible que de repente explota y hace cambiar todo. Hay personajes que son así en la novela, como Tom y Nicole.
Quería hablar de esas personas que llegan a tu vida en un momento determinado, revolucionan todo y a lo mejor luego desaparecen. Es una relación de amistad o de pareja que no tiene por qué durar para siempre. Hay otras veces que nos encontramos con esa persona y quizá no es el momento correcto.
P: ¿Piensas que todos dejamos una huella allá dónde vamos?
R: Me parece bonito. Cuando se acaba una amistad, cuando se acaba una relación, al principio es todo muy trágico, porque verdaderamente es algo doloroso. Pero creo que, en las relaciones familiares, de amistad o de pareja, siempre hay algo bonito que podemos recordar. Obviamente hay seguramente relaciones que acaban fatal y que es mejor olvidar y, por supuesto, no hablemos de si hay violencias, pero creo que siempre, de alguna manera, influimos en la vida de otras personas y otras personas nos influyen a nosotros. Al final, quiénes somos, es también un poco por las personas que nos han acompañado y nos han dejado un poquito de ellos. Aprendemos cosas de otras personas y eso me parece bonito.
Segundas oportunidades, dejar atrás el silencio
P: Tocas mucho el tema de la familia, ¿crees que los padres del protagonista habrían hecho las cosas distintitas si hubieran tenido una segunda oportunidad?
R: Influye mucho la personalidad de cada uno. Creo que, si hubiéramos alargado la historia con el paso del tiempo, me gustaría pensar que sí, siempre hay tiempo para mejorar, siempre hay tiempo para cambiar. Sobre todo, si hablamos de sentimientos, creo que siempre primará por encima de todo el amor. Si vives ceñido al qué dirán o por lo que puedan pensar otras personas, lo único que vas a conseguir es no ser feliz. Yo creo que una segunda oportunidad merece todo el mundo y, si se alargase la historia y fuese de otra manera, muy probablemente a lo mejor tendrían una relación diferente.
P: En la novela se explican las fotografías como imágenes congeladas que no dejan ver la historia que se esconde detrás de ellas. ¿Cómo afectó esto al protagonista?
R: Él cuenta que en la foto se ve una cosa, pero la realidad era otra muy diferente. Lo importante para él era que la gente supiera quién es más allá de lo que solamente se ve. Y eso le produce el miedo, porque no es capaz de contar todo lo que le rodea. Él simplemente mantiene una personalidad para no sufrir, para que no le hagan daño, para protegerse a sí mismo. Esto les pasa a muchas personas, sobre todo al colectivo LGTBI, al final crean su propio caparazón para que nada de fuera les pueda dañar.
Me inventé ese recurso de la fotografía porque me parecía una cosa muy concreta. Se ve algo determinado, pero todo lo que le rodea no está ahí. Me parece un recurso bonito.
P: Con el capítulo del cementerio, ¿qué pretendías expresar?
R: Ahí intenté hacer como una especie de juego metaliterario en el que se van mezclando en el libro la vida real del protagonista y, por otro lado, lo que él narró en su novela. Ese capítulo en concreto es como la fusión entre ambas cosas. Es como que no sabes muy bien si estás leyendo la historia del libro que tienes en las manos o la historia que él escribió en el manuscrito. Quería que se crease ese momento un poco mágico de pensar que el manuscrito que él escribió donde contaba todo se mezcla con la historia que estas leyendo en este libro.
Deshacerse del silencio y encontrar tu identidad
P: ¿Por qué decidiste mantener el anonimato del protagonista hasta el final?
R: Hay una frase que marca mucho la historia de este personaje: “lo que no se nombra no existe”. En todo momento conocemos al protagonista, pero no sabemos quién es. Cuando se produce el momento en que por primera vez se cita su nombre, es cuando, de alguna manera, esa persona es. Lo que no se nombra no existe, y cuando ya se nombra, existe. Mantuve el secreto hasta el final porque me parecía bonito contarlo de esa manera.
P: A lo largo de la novela tocas muchos temas como son la vida, la muerte, el paso del tiempo, etc. ¿Con qué mensaje quieres que se queden las personas que lean También fuimos silencio?
R: Creo que el mensaje más importante es que podemos escondernos detrás del silencio toda una vida, pero muy probablemente, si elegimos ese camino, nunca vamos a ser felices de verdad. Me parece un poco como el resumen de todo.
