El artista puertorriqueño presenta su nuevo álbum Matando la Liga 2 mientras reflexiona sobre las nuevas tendencias de la industria musical
Madrid, una tarde de otoño. Los estudios de Starlite están en penumbra, pero su voz llena la habitación. Jory Boy llega con la gorra ajustada, gafas oscuras y un aire sereno. Sonríe, y saluda con calma. El veterano del reguetón, uno de los nombres clave de la era dorada de 2009 a 2015, está de vuelta con un proyecto que mira al pasado para construir el futuro: Matando la Liga 2.
Desde El Generacional, hemos aprovechado para hablar con él y que nos dé su opinión acerca de la industria y las últimas novedades en el panorama musical donde se han sonado nombres como Xiyo y Fernandezz, Bad Bunny o Quevedo.
Han pasado diez años desde que lanzó el primer ‘Matando la Liga’, su álbum más exitoso en solitario. Y no es casualidad que haya decidido recuperar ese nombre justo ahora. “Estadísticamente fue mi mejor álbum. Y si este va a ser tan grande, tenía que llamarse igual”, dice. Pero que nadie espere una simple secuela. El nuevo trabajo mantiene la esencia clásica del reguetón que lo consagró, pero con desviaciones calculadas y un elenco de colaboraciones que conecta generaciones con J Balvin, Wisin, Ñengo Flow, Farruko o Chencho
Jory Boy en España
España es el epicentro de esta nueva etapa. “Estamos trabajando la gira antes de soltar el álbum. Hemos estado tocando en Fitz en Madrid. Estuvimos en Murcia, Alicante, Castalla… y Londres fue increíble”, explica.
“Estamos dando cara para que la gente nos vea. Esto no es subir un álbum y desaparecer. Hay que estar ahí, con la gente, como antes”, dice. Su filosofía no ha cambiado demasiado desde aquellos años en los que, literalmente, dormía en el piso del estudio. “Esto no es un part-time; es full-time. Si tienes talento, la persistencia es la clave.” El artista también estará presente en el Movistar Arena donde participará en la cantando junto a Mora, siendo la segunda colaboración del artista puertorriqueño en la gira tras Ryan Castro en el concierto en Colombia.
Un nuevo álbum que recuerda tiempos pasados
El álbum nace de una idea clara: combinar lo que funcionó con lo que el presente exige. “Es parte de la esencia del primer álbum, pero mezclado un poco con lo de ahora. Todo es reguetón, pero también tenemos un trap con flow R&B y un afrobeat”, explica. “Me mantuve en mi esencia porque muchos álbumes de hoy no la tienen. La gente está esperando eso… y se los voy a dar”, expresa el artista.
Entre las colaboraciones destaca su primera vez con J Balvin, su cuarta junto a Wisin, con quien prepara además un EP conjunto de 5 a 7 temas, y el regreso de viejos aliados como Farruko y Chencho. “Estoy dando un poquito del viejo con cosas nuevas”, expresa, sintetizando el concepto del proyecto.
“No es culpa de la música, es del ‘stream’”
El debate sobre por qué hoy se crean menos himnos imperecederos, de esos que aún suenan 20 años después como Gasolina o Dale, don, dale, es inevitable. En el genero del reguetón, al igual que en otros géneros urbanos, cada vez los tracks son más cortos, pasando muchos a ser canciones de puro estimulo que duran menos de tres minutos. Sencillos hechos para el momento y no para ser atemporales.
Jory Boy lo tiene claro: “No es culpa de la música, es del stream. Antes comprabas un álbum y lo escuchabas completo. Ahora salen 4.500 temas al día. Es muy complicado pegar uno. Incluso Bad Bunny saca un tema, lo rompe… y al mes ya se olvidaron.”
Admite, con autocrítica, que su generación ayudó a crear esa cultura de inmediatez: “Nosotros tirábamos temas semanales en la era de la piratería. Era fiebre. No cobrábamos nada, pero queríamos que la música saliera. Quizás eso marcó lo que pasa hoy.” Aun así, se muestra optimista: “Hacer otro ‘More’ es difícil… pero no imposible. Es cuestión de darle a la gente lo que le gusta.”
Bad Bunny, Mora y la química en el estudio
La conversación deriva inevitablemente hacia dos nombres clave: Bad Bunny y Mora. En relación a Benito, el artista expresa que fue una experiencia única: “Es un fenómeno en todos los aspectos. Estábamos en el estudio y él esperaba a que yo empezara el tema, como todos. Pero le dije: «Empieza tú». Sacó el coro rapidísimo. En seis meses ya era una súper estrella. He cantado con Daddy Yankee, con Wisin… y el aura de él es diferente”.
La relación con Mora, en cambio, es mucho más cercana. “Es mi hermano. Tenemos un tema romántico guardado que no me deja sacar. Fue algo íntimo, lo hicimos en su casa.” Bromea con la idea de que los fans podrían convencerlo de publicarlo: “Dile que lo saque. Eso es un palo”.

El sonido de 2009 está de vuelta
Jory Boy no duda en afirmar que el género se mueve en ciclos. “Bad Bunny ya está usando referencias de lo nuestro. Si escuchas bien, tiene detalles rítmicos que son de nuestra época”. También cree que volverá la etapa más electrónica de Wisin & Yandel, la de Los extraterrestres. “Eso también puede regresar. Ya se hizo casi todo, y por eso cosas como el afrobeat o el trap impactaron tanto: porque el género necesitaba respirar”.
Lo mismo está ocurriendo en España, donde emergentes como Xiyo y Fernandezz están reviviendo sonidos más electrónicos y ya colaboran con figuras como Quevedo. “Eso va a volver. De hecho, ya está volviendo”.
Acerca de la nueva generación
Lejos de criticar a los artistas nuevos, Jory Boy los celebra. “No están haciendo nada mal. Nosotros también teníamos nuestra línea y nos decían que lo hacíamos ‘a lo loco’ porque no seguíamos lo que hacía Daddy Yankee. Y nos funcionó”. Está convencido de que ocurrirá lo mismo con ellos: “Van a convertirse en referencia”.
Futuro, empresa y salsa
El retiro no es algo que vea cerca, pero sí tiene claro cómo quiere que sea: “Mi sueño es despedirme con un bus tour por Estados Unidos, como los rockeros. Si me ves haciendo eso, es que ya me voy”. Pero aclara que eso sería solo del escenario: “De la música no me retiro. Quiero seguir como empresario. Conozco el negocio y he ayudado a artistas grandes a ser millonarios”.
En el horizonte asoma incluso un giro estilístico: la salsa. “De mis músicas favoritas es la salsa. Si escuchas mi flow, es salsa. Puedo hacer una, pero cuando grabas salsa hay que apretar”. Y no escatima en elogios a Bad Bunny: “Hay que respetarlo. Hizo un tema nuevo de salsa y lo pegó. Eso es histórico”.
Consejos para los que empiezan
A quienes sueñan con seguir sus pasos, les lanza un mensaje sin edulcorantes: “Esto no es un part-time. Dormía en el piso del estudio. Si tienes talento, sé persistente. A veces tarda 10 años en pegarse. Si no la tienes, busca otro rol en la música.”
Además, el artista puertorriqueño compartió dos consejos que han marcado su camino. El primero, de Daddy Yankee: “Si se siente mal, no lo hagas. Si la vibra está mala, te va a ir mal.” Por otro lado, compartió un segundo consejo de Wisin: “Tienes que ser responsable. La primera impresión lo es todo. Esto es un negocio, y un mal movimiento puede arruinar tu carrera”.

Matando la Liga 2
Matando la Liga 2 no es un simple regreso: es una declaración. En un panorama dominado por la inmediatez y la sobreproducción, Jory Boy quiere devolver al reguetón su raíz sin cerrarle la puerta a la innovación. “La gente quiere esencia, y se la voy a dar. Pero también quiero mostrar que se puede evolucionar sin perderla”.
Dieciséis años después de su debut, su visión sigue siendo la misma: trabajo duro, autenticidad y respeto por el sonido que lo vio nacer. Lo dice con la calma de quien ha sobrevivido a todas las modas: “El reguetón va a seguir vivo. Ya lo hicimos todo, y ahora vuelve lo nuestro”.
Para entender Matando la Liga 2, hay que entender a Jory Boy: un artista que fue pieza fundamental en una etapa que consolidó al reguetón como movimiento global y que, ahora, busca reafirmar su lugar en una industria que no se detiene.

