Liz Truss, primera ministra británica, pretende elevar en casi 200.000 millones de euros la deuda del país, su plan no convence a los mercados y a sus inversores
El desplome de la libra precipita la actuación del Banco de Inglaterra
La resaca por el funeral de Isabel II se ha hecho más difícil de curar de lo que parecía. Once días de luto que se han reanudado con Liz Truss en el ojo del huracán. La sucesora de Boris Johnson decidió mantener un papel secundario para que la realeza ocupara portadas de periódico y abriera noticiarios. Truss no se ha hecho de rogar y ha anunciado un paquete de medidas que no gusta ni a los miembros de su propio partido. En su edición dominical The Independent publicaba en su portada: “Los tories (miembros del partido conservador) avisan a Truss: rectificas o te enfrentas a una rebelión”.
Hundimiento conservador en las encuestas
La premier, que tiene a su ministro de Economía Kwasi Kwarteng como fiel escudero, quiere hacer frente a la crisis que afecta a todo el continente aumentando enormemente la deuda del país, convirtiéndola en insostenible. Una masiva bajada de impuestos provocó que la libra cayera a su mínimo histórico en medio siglo, las alarmas saltaron en la City y al Banco de Inglaterra no le quedó más remedio que intervenir en la compra de bonos para sostener la moneda. Tras presentar el llamado “presupuesto de los ricos” en el Parlamento, Kwarteng decidió descorchar el champán y celebrar su particular victoria junto a un grupo de financieros y contribuyentes del Partido Conservador, recordando a los excesos de Johnson en mitad de la pandemia. Ocurrió el mismo día en que la libra entraba en caída libre.
Además, otro gesto que ha molestado a los británicos ha sido la subida de las tarifas eléctricas. En varias ciudades, miles de manifestantes se juntaron para mostrar su disconformidad con las políticas de Truss. Quemando las facturas de la luz en señal de protesta, los asistentes exigen medidas solventes para dejar atrás los efectos del Covid. «Es intolerable que el 5% de la población se siga enriqueciendo y reciba el regalo de un recorte de impuestos, cuando la mayoría de las familias no ganan lo suficientes y muchas se ven en la tesitura de tener que elegir entre pagar la comida o la luz«, declaraba la diputada laborista Zarah Sultana. Un Partido Laborista que se está imponiendo en las encuestas.
El periódico The Times mostraba en una encuesta realizada por YouGov el desmoronamiento de la fuerza conservadora. El Partido Conservador se hundía 33 puntos por debajo del Laborista, dando un toque de atención al círculo de Truss que tan solo conservaría al 37% de sus votantes.
Pocos apoyos en su discurso
Después de no encontrar soporte alguno en su partido, este lunes Truss y Kwarteng han decidido recular y mantener el impuesto a las rentas altas. “Ha quedado claro que la supresión del tipo del 45% se ha convertido en un distracción que altera nuestra misión principal de abordar los desafíos que afronta el país. Por ello, anuncio que ya no procederemos a esa supresión. Lo hemos entendido. Hemos escuchado”, afirmó el Ministro de Economía en su cuenta de twitter. La premier no pudo contener el alzamiento tory, dar marcha atrás era la opción más sensata.
We get it, and we have listened. pic.twitter.com/lOfwHTUo76
— Kwasi Kwarteng (@KwasiKwarteng) October 3, 2022
Con gran parte del país en su contra (incluso el FMI manifestó su disconformidad con las maniobras del Gobierno) el Partido Conservador tendrá que reforzar su unidad si quiere hacerse fuerte en la Cámara de los Comunes. Los vestigios de Boris Johnson parecen haber debilitado a los tories.