La semana pasada, el estado de Montana se convirtió el primer territorio estadounidense en prohibir la red social TikTok, estableciendo multas de hasta diez mil dólares
TikTok se ha convertido en la red social de mayor crecimiento en los últimos años, especialmente entre la gente joven. El origen chino de la plataforma ha suscitado recelos entre los gobernantes de varios países, especialmente los de Estados Unidos, que acusan a la aplicación de ceder los datos de los usuarios al Partido Comunista Chino, usando la aplicación como un arma de espionaje.
Pese a que las tensiones han sido constantes, ninguna ley hasta ahora había restringido explícitamente el uso de la aplicación entre los ciudadanos de a pie. Sin embargo, el gobernador de Montana, el republicano Greg Gianforte, firmó el pasado miércoles una ley destinada a prohibir TikTok entre los dispositivos móviles de todos los habitantes del estado. Las tiendas de aplicaciones deberán dejar de ofertar la plataforma en ese estado o se enfrentarán a multas de hasta diez mil dólares.
Esta medida, aunque resultará poco efectiva —dado que cualquier ciudadano, mediante una VPN, sería capaz de saltarse la norma y descargar la aplicación— ha generado polémica desde el primer momento. TikTok ha decidido contraatacar, y anunció este lunes que ha presentado una demanda contra el estado de Montana, alegando que las acusaciones que preceden a la prohibición carecen de fundamento.
We are challenging Montana’s unconstitutional TikTok ban to protect our business and the hundreds of thousands of TikTok users in Montana. We believe our legal challenge will prevail based on an exceedingly strong set of precedents and facts.
— TikTokComms (@TikTokComms) May 22, 2023
Claves de la guerra tecnológica
Las razones de esta prohibición van mucho más allá del deseo de proteger los datos de los ciudadanos americanos. Si bien es cierto que los datos personales son uno de los bienes más preciados en la era digital, y su posesión por parte de los gobiernos puede tener consecuencias difíciles de prever, esta no es la única razón para el establecimiento de sanciones a TikTok. El enfrentamiento contra esta red social se enmarca dentro de una lucha mucho más grande y compleja, en la que ambos países luchan por lograr la hegemonía tecnológica.
Dentro de la competición en la que están inmersos China y Estados Unidos por establecer su influencia en el mundo, la tecnología juega un papel fundamental. Tener el poder de las redes de comunicación permite influir directamente en los ciudadanos y acceder a todo tipo de datos personales. El poder que antes otorgaba el dominio de los mares, por haber sido durante siglos los principales canales de comunicación, ahora lo tiene quien controle las redes tecnológicas.
Hasta hace pocos años, el grueso de las grandes empresas tecnológicas eran estadounidenses. Sin embargo, gracias a los avances en tecnología móvil y 5G y a la popularidad de plataformas como TikTok, China tiene posibilidades de arrebatarles a los americanos la hegemonía tecnológica. El país asiático, a través de plataformas de gran implantación, ha encontrado un nicho a través del cual influir en la cultura occidental y alcanzar una mayor relevancia internacional.
Políticas y sanciones contra TikTok
El sentimiento de animadversión a TikTok por parte de los americanos se inició durante la administración de Trump. El expresidente ya estableció limitaciones a la aplicación en 2020, mediante una orden ejecutiva que buscaba que la plataforma pasara a manos estadounidenses para seguir funcionando en el territorio, con el objetivo de evitar que los datos de los ciudadanos americanos quedaran en manos del gobierno chino. Al llegar Biden al poder, esta medida se paralizó, pero se decidió prohibir el uso de TikTok en los dispositivos del gobierno.
Este tipo de medidas no son exclusivas de Estados Unidos, sino que varios países como Dinamarca, Bélgica, Nueva Zelanda y Canadá han prohibido el uso de esta aplicación en los dispositivos de los miembros del gobierno. También la Unión Europea ha prohibido recientemente el uso de la aplicación en los dispositivos de los empleados de la Comisión y del Consejo de la Unión.