La influencer nos cuenta cómo es trabajar en redes sociales
Lalia Benchelef (24 años) es influencer y youtuber española. Estudió magisterio infantil en la Universidad de Valencia y ahora estudia un máster en marketing digital. Cuenta con 150 mil seguidores en YouTube, 65’3 mil seguidores en Instagram y 37’2 mil en TikTok.
Pregunta: ¿Desde cuándo te dedicas a las redes sociales?
Respuesta: Creo que empecé en 2016 en YouTube haciendo vídeos como hobby; subía vídeos de vez en cuando. Pero fue en 2020 cuando empecé a trabajar en las redes sociales.
P: ¿Tuviste algún referente al comienzo?
R: Referente, como tal, no. En 2016 veía que la gente subía vídeos a YouTube de maquillaje y me apeteció hacerlo. Veía mucho a Sara Sabaté y dije que me apetecía hacer algo así. Se podría decir que ella fue mi «referente». Me gustaba mucho su estilo.
Luego quería crear vídeos más sencillos, no tan trabajados. Veía que no encajaba. Ahí empezaron los vlogs y, en ellos, no tenía ningún referente. Intenté mezclar un poco ese estilo de grabar mi día a día, que lo veía, sobre todo, en vídeos de youtubers americanas.
P: ¿Tienes pensado continuar con los vlogs?
R: De momento, mi idea es seguir con ese tipo de vídeos en YouTube, porque creo que es lo que más gusta. Pero nunca se sabe en un futuro, yo empecé con hauls y luego los suscriptores los dejaron de ver. Yo también me adapto a ellos; antes grababa vlogs de vez en cuando y ahora lo hago semanalmente porque creo que es lo que más gusta. Aún así, no he dejado de hacer hauls. Esos vídeos los he trasladado a Instagram y a TikTok, que creo que es un contenido que por ahí gusta más.
P: ¿Tu crecimiento en redes sociales ha sido rápido o progresivo?
R: Ha sido progresivo, sin duda. En ningún momento mi objetivo ha sido tener muchos seguidores. Lo hacía porque me gustaba. Al principio me veía muy poca gente. Cuando entré en la universidad me empezaron a ver más personas.
En Instagram tenía dos cuentas. Una personal y la otra la tenía pública. Mi usuario era, si no recuerdo mal, @lamaisondelacoquette. Luego hice pública mi cuenta personal y el número de seguidores cada vez era un poco más alto.
P: ¿Crees que tienes una comunidad fiel de seguidores?
R: Yo creo que sí. Recibo muchos mensajes de seguidores; siempre que pregunto algo me contestan. La gente siempre está cuando lo necesito. Además, a algunos los considero amigos, porque hablo con ellos diariamente. Estoy muy contenta y orgullosa por ello.
P: ¿Crees que tus seguidores te exigen que cuentes toda tu vida?
R: Los vlogs semanales que subo duran 30 o 40 minutos y un día tiene 24 horas; está claro que no cuento ni muestro toda mi vida. He intentado separar un poco el trabajo y mi vida personal, pero siempre me exigen un poquito.
Al principio contaba absolutamente todo y llegó un punto en el que comencé a tener muchos seguidores y recibía muchas críticas. Al final te proteges de eso e intentas no decir cosas porque sabes que te van a criticar o vas a leer mensajes que no te gustan.
P: ¿Contarías más cosas si supieras que no vas a recibir críticas?
R: Hay cosas que no contaría porque también dependen de otras personas que no quieren salir en redes o que ese día, simplemente, no les apetece. Eso lo respeto. Aunque si supiera que nadie me va a decir nada sería más espontánea.
P: ¿Recibes muchas críticas?
R: No sé si recibo muchas, pero empecé a ver que había un foro en el que criticaban a muchos influencers; una de ellas era yo. Me metía cada día y se volvió obsesivo. Me afectó mucho y me di cuenta cuando me afectaba más un comentario malo, de una persona a la que no le importo ni yo ni mi contenido, que muchos buenos de personas que sí les gusta lo que hago. Entendí que era mejor dejar de leerlo. Desde ahí leo algunas críticas en los mensajes directos de Instagram, pero no muchos ni tan fuertes como los de aquel foro.
P: ¿Cómo te afectan las críticas ahora?
R: Depende de lo que critiquen me afecta más o menos. Algunas veces sacan ya «el rizo al rizo», pero si estoy pasando un mal momento y no lo he dicho, porque no me apetece y no tengo la «obligación» de hacerlo, los comentarios, aunque sean tontos, me afectan.
Aún así, ya no me afectan como antes, que me lo llevaba muy a lo personal; ahora intento trabajar en eso. Además, los seguidores más fieles me hacen críticas constructivas y me quedo con eso.
Colaboraciones de marcas
P: ¿Te proponen muchas colaboraciones?
R: No sé si son muchas o no, pero yo estoy contenta con las que me proponen. Es cierto lo que dicen de que te llegan ofertas de marcas y las tienes que rechazar. A mí me llegan ofertas que no encajan con mi contenido y las rechazo.
P: ¿Cuál es tu filtro para aceptar una colaboración o no?
R: Si me gusta el producto, lo acepto, pero siempre me gusta probarlo antes. Hay cosas que al final no encajan conmigo. Eso no lo muestro porque luego voy a perder trabajo en todos los sentidos y soy totalmente transparente. Alguna vez he aceptado la propuesta; he probado el producto, no me ha gustado y mi representante se lo ha comunicado a la marca.
En una ocasión acepté una colaboración, me llegó la ropa de esa marca y no me gustó. Hablé con mi representante y le dije que no lo quería enseñar. Si lo hubiese mostrado, alguien se lo hubiese comprado y hubiese visto la calidad de esas prendas; hubiese perdido la credibilidad.
P: ¿Crees que es conveniente tener un representante?
R: Yo he estado en varias agencias. Tener representante me ha cambiado la vida. Te quitan mucho trabajo, sobre todo, el contacto con las marcas. Además, te respetan más en tu trabajo las marcas. También te aconsejan; antes cobraba demasiado poco en algunas colaboraciones, según mi representante.
P: ¿Se puede vivir de las redes sociales?
R: En mi caso sí. Aún así hay gente que tiene el doble de seguidores que yo y gana la misma cantidad de dinero que yo o tienen menos seguidores y ganan más. El número de seguidores influye, pero no lo es todo. Lo más importante es la fidelidad de estos.
P: En uno de tus vídeos de preguntas y respuestas dijiste que querías irte a vivir a Madrid, ¿por qué al final no lo hiciste?
R: Me quería mudar a Madrid porque había terminado la carrera y no estaba conforme y quería hacer otra cosa relacionada con publicidad y marketing. Esa era mi excusa para mudarme a Madrid; además, la mayoría del trabajo de redes está en Madrid y en Barcelona.
Nunca llegué a tomar la decisión porque miraba pisos y los precios eran disparatados. Yo vivía en casa con mi madre y los alquileres me parecían más desorbitados aún. Estaba alargando la toma de decisión y al final pensé en independizarme en Alicante, que es donde está mi familia, mi novio y mis amigos.
P: ¿Crees que si estuvieras en la capital tendrías más oportunidades en las redes?
R: Aunque no esté en Madrid, los representantes mueven las colaboraciones y todas las oportunidades. Crear contenido sí puede ser más fácil, porque puedes tener un círculo de amigas influencers. Y también hay más oportunidades de eventos, conocer gente y a marcas.
P: ¿Te comparas con otras influencers por su trabajo o por tener más contacto con marcas?
R: No, yo creo que nunca me he comparado en el mal sentido. Estoy muy contenta con las marcas que contactan conmigo y con las que trabajo. A ver, es inevitable compararse, porque se expone mucho en redes sociales, pero yo digo que esto es como las series de Netflix; hay muchas opciones y cada uno va a elegir con cuál se queda porque se siente más identificada.
P: En los últimos vídeos señalas mucho que eres autónoma, ¿cómo te organizas?
R: Yo, antes de 2020, no sabía al principio cómo se llevaban las redes sociales porque lo hacía para entretenerme. Me dijeron que me tenía que hacer autónoma y ahí ya empecé a tomar en serio, porque ya tenía que pagar.
Crear contenido me gusta mucho; esto me motiva a organizarme y a ser una buena jefa conmigo misma. Puedo hacer el trabajo cuando quiero, pero también me pierdo muchos planes. Es cierto que al principio es difícil, porque eres tú quien te tienes que poner los tiempos, pero luego te acostumbras.
P: ¿Cuánto tiempo le dedicas a las redes sociales?
R: Le dedico mucho tiempo. No estoy sentada las 24 horas del día, pero siempre estoy con el teléfono; entre vídeos, fotos, campañas, llamadas, edición… Los días de semana me organizo más, pero los fines de semana la organización es más espontánea. Normalmente estoy desde las 9 de la mañana hasta las 14 horas. Por la tarde estoy con el máster. Aún así, cuando estoy en el sofá, contesto a los comentarios o mando mensajes…
P: ¿Crees que es un trabajo duro?
R: Es un trabajo duro a nivel mental. La gente no valora este trabajo. Pero tienes que estar casi todo el día con el móvil. Además, expones gran parte de tu vida y tienes que «dar la cara» cuando estás mal.
P: ¿Tienes algún proyecto en mente?
R: Tengo varias cosas en la cabeza, pero es como lo de Madrid; yo lo pienso, pero que lo haga es otra cosa. Ha llegado el punto de que no digo nada hasta que no lo haga.
P: ¿Alguna ambición en tus redes sociales?
R: Siempre he querido un poco más, porque al final te cansas y la gente también, siempre manteniendo mi estilo. Además, quiero aprovechar al máximo esta etapa, porque las redes sociales tienen un fin.
P: ¿Te quieres seguir dedicando a esto en un medio o largo plazo de tiempo?
R: Yo diría que sí. Es un trabajo que me gusta y mientras pueda lo seguiré haciendo y si mi contenido le sigue gustando a mis seguidores, claro. Pero también pienso que cada vez es más difícil. No solo depende de ti, sino del número de personas que crean contenido, que cada vez es mayor. Además, el gusto de la gente cambia. Si dejo de crear contenido, quiero dedicarme a la parte del marketing y de la publicidad; es decir, ayudaría a las personas a crear contenido.
Publicidad y marketing
La influencer estudió magisterio infantil en la Universidad de Alicante. Sin embargo, este curso ha empezado un máster en Marketing digital y e-commerce en la EAE.
P: ¿Por qué decidiste no dedicarte a la enseñanza?
R: Yo hice la carrera de magisterio infantil porque yo quería ser profesora desde pequeña. Hice una lista de pros y contras antes de entrar a la universidad. Mi primera opción era esa carrera y la segunda, publicidad y relaciones públicas. Me cogieron en la primera opción y estuve muy contenta. Pero en tercero hice las prácticas y no me veía trabajando hasta que me jubilase en eso. Aún así decidí terminarla, porque nunca se sabe en un futuro si me querré dedicar a la docencia. El próximo paso era sacarme las oposiciones; decidí hacer un máster relacionado con la publicidad. Y estoy haciendo uno de marketing digital.
P: ¿Qué le dirías a aquellas personas que han estudiado una carrera y no se quieren dedicar a ello?
R: Que no tengan miedo a cambiar de ideas en la vida. Además, nos piden que tomemos esa decisión a los 18 años y eso es prácticamente imposible. Está bien equivocarse y aprender de ello; no pienses que has perdido el tiempo. Yo tengo 24 años y no sé lo que quiero; y yo creo que casi nunca se sabe.