Apuestas por la diversidad, creatividad y talento apenas reconocidas dentro del mercado editorial
Las grandes editoriales tienen ventas aseguradas y protagonizan miles de escaparates de librerías. El interés económico detrás de cada historia es evidente y necesario para cualquier librero que necesite sobrevivir. Sin embargo, hay un estante al fondo de la librería repleto de polvo y novedades literarias al que muy poca gente se acerca y en cuyos lomos se pueden leer títulos desconocidos para la mayoría de los transeúntes que entran a comprar un libro. Estos libros de editoriales pequeñas e independientes apenas son enviados a librerías y, los que lo hacen, parecen estar a la sombra de los grandes grupos editoriales.
Para las editoriales pequeñas esta falta de visibilidad en librerías es un eslabón que han tratado de solventar mediante la promoción en redes sociales. La pandemia marcó un antes y un después para estas editoriales, que ya habían empezado a utilizar Internet para promocionarse y jugaban con ventaja respecto a sellos más grandes que apenas conocían las estrategias de marketing en las redes. Muchas editoriales pequeñas marcaron el camino a seguir, aunque apenas se les ha reconocido.
Voces nuevas y ediciones muy cuidadas son lo que diferencian a estas editoriales que asumen numerosos riesgos con cada libro que publican. Por eso mismo, «se suelen fijar más en los fallos y qué tiene de bueno y de malo; buscan que sea lo más perfecto posible», explica Javi G. de Hita, autor de la bilogía de fantasía Los Zhores, publicada con Ediciones Freya.
De Hita tiene un elevado número de seguidores en redes sociales, y las utiliza fomentar la literatura, especialmente juvenil y de sellos independientes menos conocidos. También ha colaborado con varias editoriales pequeñas en procesos de promoción de sus novedades y afirma que «es importante para las editoriales que la presentación de la novela en redes esté muy cuidada», ya que son su principal medio de promoción.
Cada vez son más los nuevos sellos editoriales que surgen y que comienzan su andadura en el mercado editorial. Y no solo eso, sino que también aumenta el número de autores que confían en estas editoriales para publicar su historia e, incluso, las prefieren a otras más grandes. Esto se debe a que las editoriales pequeñas involucran mucho más al autor en todo el proceso. «Eres tú quién decide cómo es la edición y en la corrección tú formas parte de él y estás muy cerca. Todo el proceso es mucho más cercano y eso es lo principal», expone el autor.
«A los editores les gustan mucho el tema de las preventas con ilustraciones o cosas que llaman la atención lector. Esto hace que tu libro, aunque llegue a menos gente, generalmente esté mejor cuidado», explica Isabel Fernández, autora de varias novelas publicadas con editoriales pequeñas, siendo Volar entre dientes de león la última con Roomie Ediciones. «Mimo y dedicación» son la clave de estas editoriales pequeñas emergentes que la autora ha querido señalar.
Las editoriales pequeñas son necesarias para que el mercado funcione y para dar oportunidades a nuevas voces, la mayoría jóvenes, que están emprendiendo el camino de compartir sus historias. Muchos de ellos, como Isabel, descubren «que hay gente a la que le gustan mis historias y que tienen cabida en el mercado editorial».

Ferias del Libro
A pesar del mar de casetas que inunda cada año las ciudades españolas, son numerosas las editoriales que se quedan fuera de las Ferias del Libro. Incluso la de Madrid, la más grande de España, se ve obligada a hacer malabares para que editoriales, librerías y distribuidoras encuentren su hueco. Aun así, muchas no lo encuentran.
Stands de grandes sellos que acaparan hileras enteras y requisitos que muchas editoriales pequeñas no pueden cumplir son el gran problema de la Feria del Libro de Madrid. La existencia de un mercado competitivo se refleja en este evento literario y son varias las editoriales que se quedan atrás en su búsqueda de caseta.
Para los autores también es una cuestión peliaguda. Para Isabel Fernández «es extraño ir a una Feria del Libro en otra ciudad a dar una charla y que no haya ningún libro mío en ninguna caseta. Es el sentimiento de decir: `es complicado hacerse un hueco´»; idea que suele ser habitual entre autores de pequeñas editoriales.