La religión, la tradición y la ciencia ficción se funden para crear la segunda película de esta trilogía de Denis Villeneuve que se estrena el uno de marzo
La secuela directa de Dune trae consigo uno de los trabajos visuales más potentes jamás visto, con un reparto de categoría y mucho que contar acerca de la dualidad entre poder y vengaza.
«Dune: Parte Dos»; la película
En el tráiler ya se pudo ver la dirección que tomaría la nueva entrega de esta saga, basada en la novela de Frank Herbert, continúa los hechos vistos al final de la primera película. Con un Arrakis en reconstrucción, Paul y Jessica buscarán hacerse un lugar entre los Fremen. El filme versa sobre algunos temas de gran trascendencia, como la religión y la guerra. Todo se mueve en la dualidad de la tradición y moverse por uno mismo, buscando un camino propio.
La pérdida de su padre ha dejado a Paul Atreides muy afligido y buscará unirse a los Fremen para acabar con los Harkonnen. Distintos obstáculos dificultarán su integración y oscurecerán su meta. Además, nuevas fuerzas y secretos aparecerán en el camino de los Atreides y de los Fremen. Casi tres horas de película que prometen mucha acción, reencuentros y pérdidas. Sin embargo, la Especia pierde mucho protagonismo en comparación con la primera parte.
Más allá de la película
Se trata de una cinta muy ambiciosa que destaca por su apartado visual. La falta de Oscar Isaac resulta imperceptible, sin duda uno de los grandes trabajos de Warner Bros en los últimos años. Pese a haber dejado el listón alto con la primera entrega, la parte dos no se queda corta, abandonando esos tiempos muertos por los que fue tan acusada la primera parte.
Las críticas la sitúan como la equivalente a El Señor de los Anillos: Las dos Torres y la tildan de la mejor película de lo que llevamos de año. Durante toda la pieza se nota un tono serio y mantiene la esencia de la primera. La música obtiene un gran protagonismo, en general, toda la banda sonora es de alta calidad, pues Hans Zimmer ha vuelto a hacer un trabajo extraordinario. La música forma parte de la película y no se siente como un elemento aparte de la grabación. Tanto es así que Zimmer compuso 90 minutos de música para inspirar al director, a Denis Villeneuve, en la labor de escribir esta segunda parte.
El director canadiense ha sabido entender lo que le pedía la segunda película, manteniendo una estructura muy similar a la primera que deja con buen sabor de boca a los espectadores y cierra por todo lo alto a la espera de lo que pueda pasar en la tercera entrega de Dune. Lleva a cabo un trabajo fantástico como es costumbre. Tanto en Dune: parte uno, como en Blade Runner 2049, La llegada, Incendies o Prisioneros muestra de lo que es capaz en piezas muy serias y precisas y Dune: parte dos no iba a ser menos.
«Dune: Parte Uno»
La anterior entrega de la saga narraba el cambio de poder en Arrakis. El imperio, de pronto, echó a los Harkonnen del planeta, los que habían estado explotando la Especia durante años y asediando a los Fremen, los habitantes autóctonos de la zona y legítimos dueños de la Especia. En su lugar, el emperador designó a la familia de los Atreides, una familia de duques de otro planeta con unas ideas muy distintas a las de los Harkonnen.
Leto Atreides, la cabeza de la familia, interpretado por Oscar Isaac, preparará a su hijo para que un día ocupe su lugar, Paul Atreides, interpretado por Timothée Chalamet. Mientras, Jessica Atreides, su madre, interpretada por Rebecca Ferguson, buscará para él un futuro más allá de la familia Atreides. Sin embargo, el ataque sorpresa de los Harkonnen rompería el silencio de la noche y acabarían por eliminar a los Atreides, escapando solo con vida Jessica y Paul. En su huida se encontarán con una tribu de Fremen que los aceptarán por un intercambio de sangre.
Uno de los repartos más completos
Aún con la falta de Oscar Isaac en esta segunda parte, la película tiene un reparto al alcance de muy pocas producciones. Timothée Chalamet consigue mantenerse en su buena línea, Rebecca Ferguson repite y hace una actuación tan buena como la de la primera parte. Zendaya y Javier Bardem adquieren más importancia y tiempo en pantalla, representando cada uno una postura a favor o en contra de la religión. Austin Butler se luce en un papel muy distinto a los anteriores que ha hecho. Josh Brolin, Christopher Walken, Dave Bautista, Stellan Skarsgård, Florence Pugh o Anya Taylor-Joy tendrán menos tiempo en pantalla, pero llevan a cabo un papel muy bueno. Si se juzga el conjunto de las películas, la presencia de Jason Momoa, David Dastmalchian o Stephen McKinley Henderson terminaría de ponerle el broche de oro al casting de esta película.
