“La vida es escalar, pero la vista es genial”
En 2009 se estrenaba en cines la película de la serie original Disney Channel, Hannah Montana. Un acontecimiento cinematográfico que llevaba a la gran pantalla la serie con más éxito del canal infantil en aquella época.
El año pasado Disney cumplió 100 años. A lo largo de su historia se ha ido renovando como ha podido, en algunas épocas mejor y otras no tanto. No obstante, su mensaje esencial siempre ha sido el de perseguir tus sueños. Dentro de este, siempre rodeando el amor, la amistad, la familia y el encontrarse a uno mismo entre las vicisitudes de la vida.
Paseo por la memoria
Disney Channel englobaba todos esos mensajes en sus series y películas originales. Raven, Los magos de Waverly Place, Sunny entre estrellas… Un parque de atracciones visual, generador de superestrellas. Era el momento de Demi Lovato, Selena Gómez, Los Jonas Brothers, etc. Sus líos entre bastidores, los crossovers que tanto furor generaban, los discos icónicos que iban sacando. Pero si hay un producto que caracterizaba la culminación de la esencia, tanto de Disney como Disney Channel, ese era Hannah Montana.
Por desgracia, llamar producto a Hannah Montana es admitir que Miley Cyrus (La última canción, LOL), también lo era. En sus hombros llevaba el peso de toda una cadena. Ese peso se repartía, algo, entre las estrellas antes mencionadas, pero Miley era el ingrediente principal, y lo sabían.
En este mismo medio, celebrando el decimoquinto aniversario de la serie, se habló de la serie, su impacto cultural y el papel de Miley como principal fuente de peso. También, en el artículo, se menciona la película. Además, en el siguiente TikTok se comentan curiosidades de la misma. Aquí se va a ampliar lo dicho y reivindicar lo que es, a día de hoy, una película que representa a toda una generación. Una cinta que pasará a la Historia como un clásico de su género, teniendo todas las características de una empresa que recién va por su 101 cumpleaños. La película es marca de un fenómeno y una forma de cine y televisión que se está quedando en el olvido. Una joya que se transformará en un fósil cinemático convirtiéndose en el tesoro que está destinado a ser.
Un fenómeno especial
Hannah Montana: La película (Peter Chelsom, 2009) pertenece al pequeño grupo extraordinario de películas que nacen de una serie de televisión y van a la gran pantalla. Antecesoras de la misma familia Disney Channel y derivados tenemos La banda del patio (Paul Germain, 1997-2001), cuya película, dirigida por Chuck Scheetz, vio la luz en las salas del cine en 2001.
Siendo esta de dibujos animados, y con un tono diferente a Hannah, en 2003 se estrenaba un fenómeno parecido a Hannah Montana. Ese fue el estreno de Lizzie Superstar (Jim Fall), la película que transportaba a Lizzie McGuire a Roma. Allí, tras un deseo a la Fontana Di Trevi, empezaba su odisea por conseguir su sueño: ser una superestrella por un día. Cogiendo elementos de cuentos clásicos, como El príncipe y el méndigo, y una trama típica de comedia familiar estadounidense, Lizzie Superstar es, junto a Hannah Montana: La película, una cara de la misma moneda.
Hilary Duff, quien encarnaba a Lizzie, reinaba, junto con Lindsay Lohan, el cine infantil y juvenil, pero era Hillary la cara del canal Disney. Así, años más tarde, Miley le tomaba el relevo y se potenciaba la misma fórmula. No obstante, Si Lizzie Superstar generó 55,5 millones de dólares a nivel internacional, la película de Hannah Montana casi triplicó esa cifra con unos 155, 5 millones de dólares.
Oda a lo mejor de los dos mundos
También, Hannah Montana, y por ende Miley, estaba por todas partes. Discos, conciertos, muñecas, DVDs… Una realidad de una industria que expló a una chica adolescente hasta convertirla en una figura que representaba tanto lo ordinario, como lo extraordinario, la “normalidad” (pues la vida ordinaria de Miley Stewart, Miley en la serie, era en una casi mansión a pie de playa) y la ostentación. Una especie de ying y yang hortera, lleno de purpurina, que emanaba familiaridad y sencillez. Era lo mejor de los dos mundos.
Así, la película envolvía toda esta dicotomía y naturaleza de la serie a la perfección. La historia transcurría entre Los Ángeles y un pueblo de Tennessee, Crowley Corners, siendo este último el escenario principal. Arrastrada por el glamour y la vida de Hannah, Miley estropea el cumpleaños de Lily convirtiéndose en el centro de atención, otra vez. Esto, y tras una pelea por unos zapatos con Tyra Banks, hace que el padre tome una decisión. Engañada, lleva a Miley a pasar unos días con la familia de su madre.
De esa forma, la historia es una especie del viaje del héroe de Miley. Entre una ambientación bucólica, el amor adolescente, el abrazo familiar y la consistencia de la amistad, se encontrará a sí misma y se enfrentará a una decisión vital.
Los elementos esenciales
La película no es solamente un cóctel Disney Channel. La cinta es cualquier película de domingo por la tarde en la que la mujer con una carrera de éxito en Nueva York vuelve a su pueblo natal a reinventarse entre sus raíces. El crush de la infancia, en este caso Travis (Lucas Till, Crush, Stoker), la abuela, Ruby (Margo Martindale, Mrs. America, Vigilante) cariñosa, pero firme, el recuerdo de la madre fallecida que la devuelve a la realidad de lo que era ella en un pasado… Elementos que la hacen una película que podríamos ver en Antena 3 un fin de semana, pero que con sus peculiaridades la elevan a la obra cinematográfica que es.
Además de los actores mencionados, la cinta fue una plataforma donde, a día de hoy, podemos ver caras conocidas que llenan nuestras pantallas de vez en cuando. Tenemos a Vanessa Williams, conocida por su papel como Wilhelmina en Ugly Betty (Silvio Horta, 2006-2010) o Renee en Mujeres desesperadas (Marc Cherry, 2004-2012) como la representante de Hannah/ Miley. El interés amoroso de Robby Rae Stewart (Billy Rae Cyrus, Mulholland Drive, Doc), padre real y ficticio de Miley, es encarnado por Melora Hardin, conocida por The Office (Greg Daniels, 2005-2013) y The Bold Type (Sarah Watson, 2017-2021).
También, la película presenta diferentes cameos, como el de Tyra Banks (El bar Coyote, Una auténtica muñeca) en la pelea de zapatos, Rascal Flatts, un grupo de música country cantando una canción para la película, una jovencísima Natalia Dyer, la futura Nancy Wheeler en Stranger Things (The Duffer Brothers-Actualidad), y, por supuesto, el cameo de los cameos con Taylor Swift y su Crazier en la recaudación de fondos para salvar el pueblo.
Acordes de familia
La presencia de Taylor Swift y Miley Cyrus en una misma película, dos figuras que conforman la industria de la música actual y que han conseguido llevar las riendas de su carrera tras muchos baches y críticas, hasta un punto en el que se han alzado como la realeza musical, le dan el punto extra épico a la película. Además de cantar y escribir Crazier, Taylor fue coautora, junto con Martin Johnson, de la última canción que canta Miley al final: You’ll Always Find Your Way Back Home. Una canción que sintetiza el mensaje del viaje de Miley en la hora y media de película.
Al igual que la película, su banda sonora fue un éxito. Número 1 en diferentes países, llegó a ser disco de oro en España. Las 18 canciones que conforman el álbum acompañan a la historia con su variedad musical entre el Pop y el Country. Se refleja esa vida de estrella adolescente con canciones como Let’s Get Crazy y un revisionado de The Best of Both Worlds. También, la vida más tranquila y familiar con los éxitos Butterfly Fly Away, Hoedown Throwdown, que tenía a toda una generación aprendiendo un baile antes de la existencia del TikTok, o el single por excelencia de la cinta, The Climb.
Este último sencillo fue nominado a los Grammy. No obstante retiró su candidatura ya que no fue escrita exclusivamente para una película, si no que se añadió en ella. Lo que sí ganó fue Mejor canción de una película en los MTV Music Awards de 2009 y Mejor sencillo en los Teen Choice Awards del mismo año. Su éxito se reflejó en sus 3.71 millones de ventas y en ser, tal y como publicó Billboard en 2014, la décima canción country más exitosa.
Una alegoría de la vida
Tennessee fue el lugar donde Miley Cyrus se crio rodeada de música y familia. Un ambiente parecido al que se puede ver en la película, donde la familiaridad traspasa la pantalla y el espectador siente que es invitado a una reunión familiar llena de afecto y calor. Una familia que lucha por mantener su pueblo y la felicidad de su hija, hermana, sobrina y vecina. Ya que la familia no es sólo la que vive en la casa de la abuela, es el pueblo en general. Un pueblo que guarda el secreto de Miley, pues guardar su secreto es mantener vivo su sueño.
A nivel narrativo y visual, la cinta tiene alguna que otra metáfora y simbolismo. Canciones que tratan sobre cómo una hija, bien cuidada que siempre tendrá el amor de los padres, debe echar a volar al mundo real. Otra canción sobre la doble vida de la protagonista…. Por un lado, también está el caballo, Blue Jeans, que no recuerda a su antigua dueña porque ni ella se reconoce a sí misma. Por otro lado, la niña pequeña cuyo sueño es conocer a su cantante favorita.
Todo se encauza a “Porfa, sé Hannah”. Esa niña, fan de Hannah, que no quiere que su faro se apague. La realidad de que lo que ha creído y visto es una mentira, una estrella fugaz. No es sólo mantener el sueño de Miley, es mantener la ilusión de aquellos que escuchan a Hannah. Personas a las que hace que sus vidas sean más alegres ese rato que la escuchan y que pertenecen a ese fandom que mantiene.
Una decisión giratoria
No obstante, la escena más eficaz y que resume la existencia de Miley/ Hannah es la que mucha gente ve ridícula. En la segunda parte de la película, hay un momento en el que Miley tiene, por fin, una cita con Travis. Sin embargo, Hannah tiene una comida con el alcalde de la ciudad. Como siempre, Miley intenta hacer malabares para poder llegar a las dos cosas. Por cosas del azar, llega un punto en el que Miley se ve encerrada en una puerta giratoria cambiándose de Hannah a Miley.
En la puerta se encuentra la niña pequeña fan de Hannah. Una fan que está siendo testigo de que su modelo a seguir no es más que una chica corriente con una peluca. Un reflejo de su yo infantil antes de ser una estrella del pop. De pronto, aparece Travis, quien la ha visto entrar al edificio. Su secreto ha salido a la luz.
Esto es el clímax de una escena agobiante y tensa, reflejo de la sensación que debe sentir ella gran parte de su vida. La puerta giratoria es el trajín de vida que ha llevado para que, en un momento, todo lo que ha intentado mantener se descubra. Aunque solo sean dos personas, son dos personas que significan lo que fue y podría ser, si eligiese una de sus identidades. Al fin y al cabo, es una mentira, una mentira que pesa no sólo a ella, si no a todos aquellos que tienen que vivir conociendo su secreto.
Un camino de ida y vuelta
En resumen, el fenómeno y todo lo que representa esta película tiene tres elementos que la hacen destacar y la convierten en lo que es: el reparto, la banda sonora y la familiaridad.
Y, así, Hannah Montana: La película es un producto resultado y ejemplo de un fenómeno cinematográfico que quedará para siempre en la historia y la memoria. Una historia clásica, típica y cliché. Una esencia propia y única que refleja a la familia, la amistad, la música y el amor de una forma tan especial que se convierte en un refugio al que volver y sentirte en casa otra vez.
