Luca Guadagnino adapta al cine una historia donde los caminos del amor, la sangre y la supervivencia se cruzan en un viaje de autodescubrimiento
El próximo 25 de noviembre llega a la cartelera española Hasta los huesos: Bones and All, la nueva película del director italiano que transporta a la gran pantalla la novela homónima de 2015 escrita por Camille DeAngelis.
Guadagnino parte del guion adaptado de Dave Kajganich para construir un drama romántico y terrorífico sobre el canibalismo que, además del impacto visual, busca la profundidad de sus personajes para proponer una reflexión radical sobre el rechazo social y la marginalidad.
El filme está protagonizado por Marel (interpretada por Taylor Russell), una chica que se ve obligada a «independizarse» cuando cumple la mayoría de edad. Ante la falta de respuestas sobre su naturaleza, emprende un viaje en busca de su madre donde conocerá a Lee, otro joven caníbal con el que conecta rápidamente. Este personaje lo interpreta el omnipresente Timothée Chalamet que, si bien se enfrenta a un papel muy relacionado con el resto de su filmografía, ofrece un trabajo más convincente e inmersivo en comparación con el de otras películas como Dune (Denis Villeneuve, 2021).
Más estadounidense que italiana
A pesar de que Hasta los huesos: Bones and All es una coproducción entre Italia y Estados Unidos, el espectador solo pensará en este segundo durante el visionado. El viaje alrededor de diferentes estados del país, la nacionalidad de los personajes y sus intérpretes o la propuesta narrativa en sí misma remiten a una atmósfera estadounidense clásica. Así, Luca Guadagnino se dirige hacia la dirección contraria de Call Me by Your Name (2017), planteando un ritmo menos reposado, un tratamiento sonoro algo impostado y una fotografía que, aunque también prioriza el entorno, resulta más efectista que ambiental.
El peligro de ser diferente
El mayor atractivo de la cinta reside en su propuesta temática, pues recurre a algo tan agresivo e inhumano como el canibalismo para crear un paralelismo con el autodescubrimiento y el rechazo social hacia lo diferente. En este sentido, las personas que acompañan a Marel durante su viaje personal conforman un abanico de referentes (que no modelos a seguir), donde destaca el interpretado por Mark Rylance. Así, estos personajes la ayudan a entender su realidad. Porque, como ella misma confiesa en varias ocasiones, pensar que eres la única persona con este problema es inevitable si nunca has conocido a nadie con él y has tenido que esconderlo durante toda tu vida.
De todas formas, el potencial de este interesante planteamiento que anima a la libre interpretación no despega en ningún momento y apenas ofrece una evolución reveladora en el desarrollo de la protagonista. Es cierto que la historia de amor, la relación con su madre o el irremediable sentimiento de culpa por verse obligada a comer personas para sobrevivir van forjando su personalidad, pero se muestra de una manera tan superficial que no termina de generar un efecto real. Las paradas durante el viaje aportan un valor a la historia limitado y desaprovechado en elipsis cobardes o diálogos demasiado evidentes.
Con todo, el estreno de Hasta los huesos: Bones and All llega este viernes tras su paso por la Sección Oficial del Festival de Sitges 2022 y con dos galardones bajo el brazo desde el prestigioso Festival de Venecia 2022, donde obtuvo el León de Plata a la mejor dirección y el premio a la mejor actriz emergente para Rusell. Así, la película se erige como una road movie más compleja y original de lo que aparenta que, a pesar de quedarse atascada en el desarrollo, recurre a su relevancia temática y visual para trascender e impactar.