Los 27 ministros de los Estados miembros de la Unión Europea buscan blindar las relaciones comerciales con EE.UU. y evaluar la tensión con China por las tierras raras
Bruselas acogió este lunes una intensa jornada de trabajo en la que los ministros de Comercio de la Unión Europea analizaron el estado de las relaciones económicas del bloque con Estados Unidos y con China. El encuentro estuvo marcado por la implementación del acuerdo político alcanzado el pasado verano para evitar una guerra comercial con Washington y por los recientes movimientos de Pekín respecto a los controles a la exportación de tierras raras.
Relaciones con EE.UU., entre el progreso y la tensión
Los ministros iniciaron la reunión revisando la evolución de las relaciones comerciales con el Estados Unidos. Tras ello, se reunieron en un almuerzo de trabajo con el secretario de Comercio estadounidense Howard Lutnick, y el representante de Comercio, Jamieson Greer. Ambos responsables mantuvieron además encuentros con el comisario europeo de Comercio Maros Sefcovic y con la vicepresidente ejecutiva de la Comisión Europea, Henna Virkkunen.
Sefcovic aseguró a su llegada que la UE está «cumpliendo en la práctica» los compromisos asumidos con Washington. Como ejemplo, señaló las adquisiciones estratégicas de energía estadounidense; gas natural licuado (LNG), energía nuclear y petróleo. Las cifras ya ascienden a 200.000 millones de dólares en lo que va de año. Por otra parte, la cuota estadounidense de LNG importado por la UE ha subido del 45% al 60%. Las inversiones europeas en Estados Unidos también han aumentado en 154.000 millones de euros desde enero, y se negocian contratos por más de 40.000 millones de dólares en chips destinados a las industria europea.
El pulso digital y los aranceles sobre el acero
A pesar de los avances, Sefcovic admitió que aún queda «trabajo pendiente». Esto incluye especialmente en materia de acero y aluminio, sectores en los que la UE reclama aranceles más bajos y una respuesta conjunta al exceso de capacidad global.
Sin embargo, Washington introdujo un elemento adicional a esta presión. Lutnick instó a la UE a revisar sus normas digitales, como la Ley de Mercados Digitales o la Ley de Servicios Digitales. A su juicio, estas normas resultan desproporcionadas y perjudiciales para las grandes empresas estadounidenses. Según afirmó, solo si Bruselas adopta un «enfoque equilibrado» podrá avanzarse en la reducción de aranceles al acero, mientras que el aluminio quedaría fuera y mantendría un gravamen del 50%.
Fuentes de la UE recordaron que las cuestiones digitales «no están sujetas a negociación» y que no existe relación alguna entre estas legislaciones y las medidas sobre el acero. Pese a ello, ambas delegaciones coincidieron en la necesidad de reforzar la cooperación en semiconductores, infraestructura digital e inteligencia artificial, así como en movilizar 40.000 millones de dólares para la compra de chips avanzados.

China y las tierras raras, otro frente abierto
La relación comercial con China fue otra de las protagonistas del debate. Esto cobró aún más relevancia tras el anuncio de Pekín de imponer nuevos controles a la exportación de tierras raras y su posterior suspensión durante un año. Estos minerales, esenciales para la automoción eléctrica, la tecnología avanzada y la defensa, sitúan a la UE en una posición de dependencia crítica debido al dominio chino en su producción. Aunque Bruselas recibió con alivio la suspensión temporal, continúa la preocupación por falta de previsibilidad en las licencias de exportación. Por ello, los Estados miembros reforzarán el diálogo con Pekín y la monitorización de estos flujos estratégicos.
En paralelo, la UE avanza en una estrategia propia para reducir la dependencia china mediante la implementación del Critical Raw Materials Act. El plan incluye diversificar proveedores, aumentar el reciclaje de materiales estratégicos y acelerar proyectos mineros dentro del bloque. La industria europea advierte que cualquier interrupción en el suministro de tierras raras podría elevar costes y comprometer la competitividad. Bruselas baraja acuerdos con países de América Latina, Australia y África para garantizar alternativas fiables. Los ministros coincidieron en que la suspensión temporal ofrece margen de maniobra, pero no elimina el riesgo de nuevas tensiones futuras.
España pide retirar aranceles al aceite de oliva
El ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, pidió a Lutnick y a Greer incluir el aceite de oliva en la lista de productos europeos exentos de aranceles. Recordó que solo el 2% del consumo estadounidense se produce localmente y que la supresión de tarifas sería beneficiosa «para productores españoles y consumidores estadounidenses». Subrayando además el peso económico y cultural de este producto para España y su creciente demanda en el mercado norteamericano.
Cuerpo defendió además avanzar en un marco conjunto en materia de acero y aluminio. Señaló que existe margen para un acuerdo sectorial que incluya también al Reino Unido. El ministro señaló que una iniciativa coordinada permitiría reforzar la posición europea ante el exceso de capacidad global y mejorar la estabilidad de un sector que considera estratégico para la industria continental.

