El colaborador de El Generacional publica su tercer poemario con tan solo 23 años
William Alexander González Guevara fue galardonado ayer con el Premio Hiperión de Poesía. Inmigrantes de segunda, el poemario ganador, se impuso por mayoría frente a los 16 libros seleccionados del total de 219 obras presentadas a esta edición del concurso. Ediciones Hiperión ha editado, así, su tercera obra.
Inmigrantes de segunda aborda no solo a los «desposeídos», sino también, y más en especial, a las «desposeídas», a todas aquellas «mujeres inmigrantes cuyas vidas no tienen eco en el mundo de la poesía». El autor reside en Madrid desde los 11 años y es por ello por lo que recurre no solo a temas como la inmigración o la nostalgia hacia la patria perdida para plasmar en sus poemas, sino también a exponer la situación en lo barrios más humildes de la capital, como Carabanchel, donde también ha residido.
El ambiente enorgullecido en el acto de entrega
Casa de América, situada en plena Plaza de Cibeles, acogió el acto que se englobaba dentro la tercera jornada del Festival Centroamérica cuenta. Uno de los elegantes salones del Palacio fue el centro de la poesía de William durante la tarde.
El evento contó con la apertura de Enrique Ojeda, director de la Casa de América, quien ya manifestó la satisfacción por ver la sala repleta de personas que querían acompañar al poeta en ese día especial. Personas que, más allá de acudir, se sentían «orgullosas de su compatriota», como comentaron algunos asistentes entre sí; o como mostraban sin necesidad de expresarlo verbalmente, sino portando alguno de sus poemarios. Ojeda, a título personal, denotó el «enorme impacto» que le produjeron sus poemas. «recorrido crudo, pero a la vez humano».
Jesús Munárriz, poeta y director de Ediciones Hiperión, resaltó lo singular de Inmigrantes de segunda frente a las otras obras presentadas al certamen y es que el autor consigue tratar problemas «muy de verdad, con mucha conciencia y transformarlo en poesía». Precisamente esta tarea, la de narrar la realidad dura, no resulta sencillo.
William González es el primer nicaragüense y segundo latinoamericano en lograr este galardón desde 1986 y es precisamente el sentimiento de pertenencia y añoranza por Nicaragua en torno a lo que gira parte de su lírica. «No volvemos a ser los mismos desde que dejamos nuestra patria madre», lo materializó así en palabras. Su sentimiento nicaragüense y español «a partes iguales» le llevó a reflexionar sobre las fronteras y la patria, y sobre el nexo de unión que puede surgir entre ambas gracias a la poesía. «No hay mayor error que ponerle límites a la palabra», sentenció.
Las palabras del poeta
Su discurso ahondaba sobre su vida personal, pero al mismo tiempo por su obra. El poeta y sus versos suelen ir tan arraigados el uno con el otro que, a veces, como ayer, es apenas distinguible si se trata de un relato personal o una introducción al poemario.
No hay mejor manera que la que el propio autor emplea para concentrar la esencia de su nuevo libro: «Cabe tanta vida en el acto de migrar, que Emigrantes de segunda es tan solo un prefacio de los innumerables cataclismos que tienen que enfrentar tantos olvidados regados por el mundo». Para cuando pronunció estas palabras, algunos asistentes ya contenían la emoción, a flor de piel.
«Es un homenaje a ellas», dejó claro, «a las empleadas del hogar latinoamericanas que han sido invisibilizadas en el sector laboral». Pero tampoco olvidó la otra realidad que su poética abandera, la marginalidad de los barrios de Madrid.
El premio lo dedica a Centroamérica, a su madre, su familia y a Nicaragua, un país al que «le duele respirar» y con el que firma un «compromiso literario» por la fuerza que tiene la palabra como herramienta para hacer crítica.
«Yo, desde el fondo de mi corazón, les recomiendo que miren más allá de lo conocido». William González definió con estas palabras, casi sin saberlo, lo que es su poesía: una voz cruda, pero real, que reclama escuchar y empatizar. A continuación, recitó dos de los poemas del libro, los cuales se pueden escuchar en la retransmisión en directo realizada por Casa de América.
El acto contó con la presencia de Santiago Yerga, director general de Migraciones; además de otros autores conocidos como Javier Lostalé, Manuel Francisco Reina y Sergio Ramírez, autor que consiguió el Premio Cervantes en 2017 y primer nicaragüense en recibirlo.
La poesía de William González
Ediciones Hiperión concede dicho premio desde 1986 y es considerado uno de lo más prestigiosos del panorama poético joven en lengua española. En esta edición el jurado estuvo compuesto por Francisco Castaño, Ben Clark, Ariadna G. García, Jesús Munárriz y Benjamín Prado; y su fallo se dio a conocer el 21 de marzo de este mismo año. Este grupo de escritores calificó la obra como «necesaria».
Este es uno de los motivos por los que la lírica de William González se puede clasificar de poesía social, porque da lugar y voz a quienes no la tienen. O, como afirmó él mismo: «Inmigrantes de segunda es la voz de los que tienen voz, pero no porque yo se la haya dado con mis versos, sino porque la sociedad los ignora».
De hecho, son las citas de tres empleadas de hogar las que dan la bienvenida al lector en las primeras páginas. Sin embargo, hay quienes la califican como «poesía documental», como es el caso de Álvaro Valverde en su escrito en El Cultural.
La contracubierta escrita por la pluma de Irene Vallejo pretende hacer una recapitulación de los poemas que quedan aglutinados dentro. Escribe: “William acoge en sus versos lo que no cabe en los pactos de silencio (…). Con su sensibilidad explosiva, disecciona el desgarro humano. Cómo no reconocernos».
Trayectoria de William González
No es la primera vez que se le reconoce el talento al joven nicaragüense de 23 años. En julio de 2022 recibió por unanimidad el XXXV Premio Antonio Carvajal por su obra Los Nadies, publicada por Ediciones Hiperión; y en octubre de ese mismo año también cosechó el éxito en el IV Premio Ruiz Udiel, uno de los mayores galardones de poesía joven en América, con Me duele respirar, publicada por Valparaíso Ediciones.
No solo se dedica a la lírica, sino que también estudia el Doble Grado de Lengua y Literatura junto con Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos. De ahí que también colabore con medios con medios de comunicación como es El Generacional; y otros como Artículo66, publicación de Nicaragua en la que se dedica a la sección de cultura.
De Me duele respirar el jurado destacó el «lenguaje incisivo y ágil» que el poeta emplea para exponer la situación de Nicaragua y plantear un «testimonio de las injusticias universales». En Los Nadies también mostró el lado más humano de la poesía, unos versos arraigados «en la realidad social contemporánea». Tal y como indicó el jurado, «un libro que nombra entre otros, a quienes otros llaman menas, y lo hace con tanta verdad como belleza».
