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‘La casa’, la tercera parte de la saga Blackwater: la coagulación perfecta entre literatura y horror

La saga Blackwater vuelve con la tercera entrega. ¡Larga vida a la familia Caskey! La verdadera amenaza de Perdido ataca por fin en La casa

En la saga Blackwater, después de haber leído La riada y El dique, la llegada de La casa continúa con la historia de Perdido con todas las bases de la historia ya asentadas. Hasta entonces, conocíamos que todo lo que ocurría en el pueblo de Perdido era parte del worldbuilding que McDowell había preparado para que los eventos siguientes tuviesen sentido pleno. Sin embargo, ya en la tercera entrega de la saga, el worldbuilding por fin ha finalizado, y nos sumergimos en La casa con un ritmo mucho más frenético que el de las anteriores entregas.

¿Qué ha sucedido en Perdido?

La familia Caskey sigue en pie después de lo sucedido en El dique. Ni a Elinor ni a Oscar parece preocuparles que su hija Miriam siga viviendo con Mary-Love, quien le consiente todos los caprichos posibles para poder convencerla (y también, a sí misma) que su estancia con ella es mejor que con su propia madre.

PORTADA DE LA CASA SAGA BLACKWATER
Portada de ‘La casa’ | Fuente: Blackie Books

Por otra parte, en la casa de al lado, Frances ansía con toda su alma conectar de una vez con su hermana. Intenta que haya encontronazos entre las dos en múltiples ocasiones e ignora sus comentarios bruscos ante sus muestras de cariño; nos demuestra que es la única en su árbol familiar que ansía la vuelta de Miriam.

Queenie continúa la búsqueda de su libertad individual y lo mejor para sus hijos, sin embargo, sufre un altercado que acaba reteniéndola en la casa de Elinor y Oscar… que parece tener algo oculto, o más bien, vida propia.

Es importante señalar, por fin, la vivienda de Elinor y Oscar como un personaje más. En los anteriores volúmenes nos dejaba claro la presencia física que tenía el propio pueblo de Perdido en todos los demás personajes, pero… ¿Qué es lo que ocurre cuando el autor da pista de que la casa en la que viven los protagonistas es una Monster House?

El esquema sobrenatural Blackwater

Hemos visto bastantes influencias del horror gótico durante toda la historia Blackwater, pero también ha habido otros aspectos del terror que McDowell ha aplicado en sus páginas, (véase el propio río o la forma de gorgona de Elinor), y aún así, en La casa, nos introduce una nueva dinámica que parece que va a ser protagonista en las demás entregas.

Frances ve cosas en la casa en la que vive, especialmente, en el armario de una de las habitaciones delanteras, que teme abrir por miedo a encontrarse a algo maligno dentro de él, para que luego esta intuición fuese aún más que evidente en el final del libro. Además, Elinor tiene especial interés en quitarle a Frances esas ideas de la cabeza, y considerando que se trata de Elinor… es inevitable sospechar que los miedos de Frances son reales.

Frances ha surgido como una figura que encarna cualidades y aspiraciones que Miriam nunca pudo alcanzar. Más allá de las evidentes diferencias en su crianza, se manifiesta una distinción notable en la forma en que Elinor (y todo Perdido) percibe a cada una de sus hijas. Es evidente que Elinor es incapaz ver a Miriam como su primogénita, lo que se traduce en su insistencia en que Frances no solo desempeñe el papel de hija, sino que también ocupe el espacio emocional y simbólico que pertenece a Miriam dentro de la dinámica familiar. Esta actitud plantea la pregunta inevitable: ¿Considera Elinor a su propia hija como una amenaza para su percepción del orden y la estabilidad dentro del hogar?

El relevo generacional de los Caskey

McDowell comenzó a hablar de esta saga como una historia de matriarcados. En las dos últimas entregas, hemos sido capaz de ver un enfrentamiento por el poder en las manos de las dos madres de la familia Caskey; Elinor y Mary-Love. Sin embargo, con los acontecimientos de La casa, hay un cambio de planes en cuanto a la voz narrativa.

No solo comenzamos la historia de la mano de Frances y Miriam, sino que las dos chicas Caskey nos acompañan a lo largo de esta con un mayor protagonismo que en las otras entregas. Este no es solo evidente por el paso de los años de los personajes, sino porque existe un relevo generacional en la historia que era muy necesario.

Tener a los bebés eternos de Frances y Miriam dio el juego necesario durante El dique, donde se los trataba como lo que eran; objetos de intercambio y poder, tanto para Mary-Love como para Elinor. Aquí, las niñas han crecido, y aunque Miriam mostraba una actitud más consentida al principio, pero en la recta final de La casa, vemos la verdadera personalidad de Miriam después de que la tragedia suceda.

El deseo persistente de Miriam por obtener los anillos que Elinor robó en el funeral de Mary-Love revela una profundidad emocional significativa en su proceso de duelo. Más allá de la aparente obsesión por el lujo, estos objetos representan para Miriam una conexión tangible con el legado y la presencia de su madre fallecida. En su búsqueda de los anillos, Miriam busca aferrarse a una parte de su identidad y su pasado familiar que siente que se desvanece rápidamente.

Esta búsqueda no solo refleja su dolor y su necesidad de cerrar el ciclo de duelo de una manera significativa, sino que también ilustra la compleja relación entre el dolor y el deseo de preservar los lazos emocionales con los seres queridos perdidos.

¿Qué nos esperará en Blackwater: La guerra?

Además de las posibles alusiones a la Segunda Guerra Mundial, que resultan intrigantes dada la ambientación de La casa en 1928, en un periodo previo a dicho conflicto bélico, surge una dinámica aún más compleja entre Miriam y su madre, que podría interpretarse como una especie de guerrilla emocional.

PORTADA DE LA GUERRA BLACKIE BOOKS SAGA BLACKWATER
Portada de ‘La guerra’ | Fuente: Blackie Books

Esta lucha se podría manifestar a través del deseo de Miriam por obtener los anillos de Mary-Love, reflejando una confrontación sutil pero intensa entre las aspiraciones y deseos individuales de una hija y la autoridad materna representada por Elinor. En este escenario, Frances podría emerger como un mediador potencial, buscando desesperadamente la reconciliación y la armonía dentro de la familia Caskey.

Su papel como agente de paz en este conflicto emocional agregaría una capa adicional de tensión y complejidad a la trama, ofreciendo una exploración fascinante de las relaciones familiares y todo el drama interno que llegó a la familia Caskey desde que Elinor apareció en Perdido.

Pero todo son suposiciones. Descubriremos lo que realmente pasa el 20 de marzo, con la más que esperada llegada de Blackwater: La guerra a las librerías… ¿Preparados?

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