«El odio es un lastre, la vida es demasiado corta como para estar enfadado todo el tiempo. Simplemente no merece la pena»
Dirigida por Tony Kaye y protagonizada por Edward Norton y Edward Furlong, esta película dramática de 1998 tata sobre un neonazi, Derek, que, tras matar a un hombre negro, es ingresado en prisión. Una vez sale de la cárcel, ve cómo su hermano pequeño, Danny, está siguiendo sus mismos pasos.
ATENCIÓN: A partir de ahora se explicarán los puntos fuertes que tiene la película. Por ello, puede contener spoilers.
¿Se puede ser amigo de alguien que piense muy distinto a ti?
El hecho de que el protagonista sea Derek y todo gire en torno a él es uno de los puntos fuertes de la película. Consigues empatizar, lo entiendes e incluso te cae bien. En realidad, recordemos, es un nazi asesino. ¿Puede caerte bien alguien así? ¿Se le puede perdonar si se arrepiente?
Otro de los personajes es el director/profesor negro, Sweeney, que en todo momento, en vez de rechazarles, intenta ayudarles, a pesar de saber cómo piensan y lo que han hecho. En la escena de la violación; en la que a Derek todo se le desmorona, en la que reflexiona y se libera y por primera vez se muestra vulnerable; es el único que se entera y el que está ahí, para apoyarle. Supondrá entonces un punto de inflexión para el personaje, quien reflexiona acerca de lo que ha hecho y si le ha servido realmente para algo, además de valorar quién está a su lado en malos momentos.
Uno de los grandes problemas hoy en día es la crispación y el rechazo directo hacia movimientos o ideologías diferentes a las propias. En la política y el diálogo social se ha perdido el debate sano, el debate para aprender. ¿Cuántas veces se rechaza el dialogar con alguien por sus ideas políticas? La política es muy importante y tus principios dicen mucho de ti.
No obstante, cerrar puertas automáticamente es un error. En primer lugar, porque así solo se forman dos bandos como si de un partido de fútbol se tratase, o peor, como en una guerra. Y en segundo, porque qué mejor que conocer al contrario, no solo para aprender sobre cómo pueda ser su propia visión sino también para conocer qué es lo que le aleja o causa rechazo de la tuya.

¿De dónde nace realmente el odio?
La película juega con el pasado (en blanco y negro) y el presente (a color). En el pasado, hay dos tipos de escenas: el pasado que muestra los inicios de Derek en la ideología neonazi y una vez ya ha entrado, así como los momentos en prisión.
Las escenas familiares comiendo en las que el padre critica el movimiento negro o cuando este mismo es asesinado, son claves a la hora de entender el comportamiento y pensamiento del protagonista.
Muestra la importancia de la educación (todo lo que se dice o se ve en casa es ejemplo para los niños y jóvenes), pero sobre todo, cómo todo ese odio no deja de ser rencor, frustración, rabia y dolor no procesado adecuadamente tras una pérdida como la de su figura paterna, su referente (para Danny la figura que actúa como referente es Derek).
No todo se queda ahí, sino que la película también visibiliza el dolor que este tipo de comportamientos causan en una familia, consiguiendo empatizar con la madre o la hermana de Derek, quienes son de las que más sufren por la persona en la que su hijo o hermano se ha convertido.

Críticas al sistema y visión realista
No obstante, la película también cuenta con escenas más divertidas o graciosas, sobre todo aquellas en las que aparece Lamont, el compañero de Derek en prisión. Por la cuenta que le trae, Derek se ve obligado a entablar conversación con Lamont y poco a poco su amistad va forjándose.
Hay que mencionar también aquí la crítica que la película hace en cuanto al racismo institucionalizado desde el poder policial y judicial. Mientras que a uno le caen 3 años por asesinato, al otro, le caen 6 por robo de un televisor, resistencia al arresto y agresión a los oficiales, a pesar de que (según jura el personaje y se da a entender) intentó entregarse pacíficamente inicialmente.
Además, también en escenas de la cárcel, aparecen otros neonazis a los que primeramente Derek se intenta juntar para terminar dándose cuenta de que en realidad son una farsa, una mentira. Que no son leales a su doctrina y que harán lo necesario para conseguir únicamente su bien individual. Que cuando se necesita ayuda de verdad, no importa la raza, el sexo ni la religión.
Sin embargo, no hay «buenos» y «malos». Hay gente buena blanca y gente buena negra y también hay gente mala blanca y gente mala negra. Al contar este tipo de historias muchas veces se dirige hacia lo correcto políticamente. Afortunadamente, no en este caso.
