Ahora que Tricicle se toma un descanso indefinido, Carles Sans, después de 40 años en silencio, aprovecha en ¡POR FIN SOLO! hablar de divertidas anécdotas profesionales y personales vividas durante todo este tiempo
Confesiones tan sorprendentes como que antes de convencer a sus socios de formar una compañía se interesó primero en sus novias, o como consiguió superar su última colonoscopia mientras la doctora le hablaba de Tricicle.
Desde su inicio, Carles Sans sabe tirar de ironía, a sabiendas que debe entretener a solas durante 90 minutos. Para ello, hace un auténtico recorrido, con la ayuda del cómico José Corbacho en la dirección, por sus recuerdos y por los momentos más divertidos que ha vivido tanto junto con sus compañeros de Tricicle como anécdotas que ha vivido con su esposa.

Para incidir más en ese espíritu nostálgico, Sans hace uso de fotografías y demás imágenes de la época, que ayudan no sólo visualmente, sino que hacen que la atención sea mayor y aderezan un monólogo con el que Sans se mueve como pez en el agua.
Éste es el espectáculo que todos los seguidores de Tricicle querrán ver porque cuenta los entresijos de una compañía muy querida que ha hecho récord de público allá donde ha ido. ¡POR FIN SOLO!. Aparece en el momento más oportuno como si de un “making off” de la vida de Tricicle se tratara. Es un espectáculo basado en hechos reales que hará reír a aquellos que querrán saber más de Tricicle, una compañía, que según se ha dicho, forma parte de la memoria emocional de nuestro país. Asimismo, Sans aseguró ayer que “la gente ríe en mi espectáculo mínimo 5 veces por minuto”.
En ¡POR FIN SOLO! no es únicamente lo que se dice, sino como se cuenta, ya que se combina la palabra y el gesto de Carles Sans, que dibuja una galería de personajes creando una entrañable empatía entre actor y espectadores. Su expresividad gestual y sus historias hacen disfrutar al público, porque descubren vivencias muy divertidas que aún nadie conoce.
¡Por fin solo! es Tricicle en estado puro, aunque sea a solas. Carles Sans llena completamente el escenario, provocando carcajadas y miradas cómplices con el público. Un espectáculo divertido, logra que sus 90 minutos pasen volando, con el que permit conocer de otra manera a la compañía, demostrando que, incluso fuera de escena, el humor y la ironía no faltan. Un inicio de temporada magnífico a base de carcajadas para el Reina Victoria.
La nostalgia y los recuerdos como sinónimos de comedia pura
Y es que Sans mantiene intacta esa habilidad para hacer reír y, además, alardear de su dilatada experiencia sobre las tablas. Cómplice con el público, sabe sacar carcajadas hasta de anécdotas aparentemente complicadas, como cuando tuvo que compartir cama con sus compañeros en una gira por Italia por falta de habitaciones; también de situaciones habituales, como la de viajar en avión. Es más, provoca la impresión que cada salida con él pueda convertirse en una aventura.