Tras una temporada desastrosa, el Málaga CF pone fin a su andadura en el fútbol profesional. La pésima gestión directiva y un proyecto deportivo sin rumbo han provocado la marcha del club costasoleño de la Segunda División. Una plantilla que era una de las posibles candidatas al ascenso ha acabado llevando al histórico equipo blanquiazul a los infiernos del descenso.
En abril de 2013, el Málaga ponía fin a su sueño europeo con una polémica derrota frente al Borussia Dortmund en Signal Iduna Park. Isco, Joaquín, Caballero, Demichelis, Weligton, Baptista y tantos otros excelentes jugadores dirigidos por Manuel Pellegrini habían guiado al Málaga CF hasta los cuartos de final de la Champions League. Sin embargo, diez años después de ese sueño, La Rosaleda es el escenario de una gran pesadilla.
La situación extradeportiva del club ha sido uno de los principales desencadenantes de esta crítica tesitura. El jeque qatarí Abdullah Al Thani adquirió el Málaga CF en junio del año 2010. Su objetivo era hacer que un Málaga que luchaba por mantenerse en Primera División se convirtiera en un habitual de los grandes torneos europeos. Para poder cumplir con ese objetivo, Al Thani invirtió 137 millones de euros en el club. Pellegrini cogió las riendas del proyecto y logró la clasificación a la Champions League con una ajustada victoria en la última jornada de la temporada 2012/13 ante el Sporting de Gijón. La Rosaleda festejó este hito histórico y Al Thani era ovacionado por miles de aficionados malaguistas.

Los comienzos de la ruina económica
No obstante, esas grandes inversiones del magnate de Oriente Medio se frenaron en seco en 2012. La Junta de Andalucía no autorizó a Al Thani la construcción de un futurista centro comercial en la zona portuaria de Marbella porque el qatarí no había llegado a presentar ningún proyecto. Desde ese entonces, Al Thani no ha invertido un solo euro en el equipo de la Costa del Sol y los fichajes estelares de los anteriores años no volverían a brillar en La Rosaleda. A partir de ese momento, el Málaga CF tendría que autofinanciarse y subsistir a base de las ventas de sus mejores jugadores.
Los primeros problemas llegaron el mismo diciembre de 2012. Varios jugadores del equipo malacitano denunciaron impagos de sus salarios y la UEFA decidió sancionar al Málaga CF con cuatro temporadas (2013-2017) sin poder participar en competiciones europeas. La falta de financiación del jeque Al Thani en los siguientes años provocaron que el Málaga sobreviviese gracias a la venta de futbolistas jóvenes y canteranos de La Academia como Samuel Castillejo, Pablo Fornals, Samu García o Brahim Díaz. A pesar de todos estos inconvenientes, Javi Gracia consiguió dejar al Málaga al borde de la Europa League en las temporadas 2014-15 y 2015-16.
Sin embargo, este modelo de gestión económica del club, en el que los únicos ingresos procedían de los traspasos, los patrocinadores y la venta de camisetas o entradas, acabó siendo insostenible. Tras un pleno de derrotas en los primeros cinco partidos de la temporada 2017-18, una plantilla bajo mínimos acabó perdiendo la categoría de oro del fútbol español en una tarde de abril en el Ciutat de Valencia. Se ponían fin a diez años consecutivos del Málaga CF en Primera División.
La continuación de una caída libre
La situación en Segunda División no mejoró en absoluto para el Málaga CF. Aunque en la primera temporada en la división de plata el equipo blanquiazul alcanzó la tercera posición, las opciones de ascenso del Málaga se dinamitaron con la eliminación en las semifinales del playoff de ascenso ante el Deportivo de la Coruña. A pesar de la tristeza de la parroquia malaguista, la afición protagonizó un emotivo agradecimiento al Málaga de Víctor Sánchez del Amo por el buen fútbol desplegado a lo largo de la temporada.

La buena sintonía entre el equipo, el entrenador y la afición malaguista se vio totalmente eclipsada por el caos financiero del club. El presidente Al Thani era acusado de presuntos delitos de administración desleal y blanqueo de capitales. De hecho, la Asociación de Pequeños Accionistas señalaba que Al Thani empleó las arcas del club para desviar 900.000 euros a sus cuentas personales o conceder varios créditos, con un valor de 1,2 a 2,3 millones de euros, a su empresa Nas Football. Esta acumulación de acusaciones y la nula aportación financiera de los últimos años hizo que el Málaga CF comenzase a ser administrado por la Justicia desde 2019.
No obstante, el mayor de los males llegó en ese mismo verano del 2019 con la sanción de La Liga al Málaga CF por sobrepasar el límite salarial del curso pasado. El club andaluz sólo podría contar con 18 fichas profesionales y un límite salarial de 2 millones de euros (el más bajo de todo el fútbol profesional). Esta medida de Javier Tebas provocó que no se pudiesen inscribir a futbolistas como Okazaki (vendiéndose más de 300 camisetas con su nombre) o José Rodríguez. La sanción también acabó prolongándose durante la siguiente temporada.
En enero del 2020, la filtración de un vídeo íntimo de Víctor Sánchez del Amo provocó el polémico despido del entrenador. Con el equipo al borde del descenso, el sucesor en el banquillo era el desconocido Sergio Pellicer, entrenador del filial. La decidida apuesta por los jóvenes de la cantera acabó salvando al Málaga del descenso de forma cómoda. En la temporada 2020-21, la directiva mantuvo a Pellicer y el entrenador de Nules volvió a obrar el milagro de salvar a un equipo con sólo 18 fichas profesionales.
El inesperado hundimiento final
Cuando parecía terminar la tormenta y la sanción llegó a su fin, el Málaga vivió dos de los peores años de su historia reciente. Aunque el curso 2021-22 empezó con ilusión, el club blanquiazul tuvo a tres entrenadores y Pablo Guede salvó el barco a falta de una jornada. Pero, el peor de los finales estaba aún por llegar. En el verano de 2022, el Málaga logró fichar jugadores de gran nivel como Rubén Castro, Fran Sol, Gallar o Villalba. El ascenso a Primera parecía el principal objetivo.
Sin embargo, la inexistencia de una idea clara de juego y la falta de efectivos en puestos clave como los laterales dejaron al Málaga en descenso desde la quinta jornada. La situación fue empeorando aún más y la directiva intentó rescatar al equipo con Pellicer. Finalmente, a pesar de los 700 aficionados desplazados a Ponferrada, los 400 malaguistas en Lugo y los constantes récords de asistencia en La Rosaleda, el descenso a Primera RFEF ha acabado llegando.
La sexta ciudad con más habitantes de España no contará con equipo en el fútbol profesional la próxima temporada, algo que no sucedía desde 1998. En los últimos años, clubes históricos como el Deportivo de la Coruña han vivido su propia desdicha en Primera RFEF. A partir de la siguiente temporada, ese Málaga que disfrutó de recientes éxitos europeos sufrirá en los infiernos del fútbol no profesional.