Un Pedri colosal se consagra como el dueño del juego del Barça
El canario eleva su influencia, dejando atrás sus problemas musculares y siendo uno de los mejores jugadores del planeta. Si hay algún culpable del estado de forma del Barcelona, ese es Pedri.
El Barça llega a la parte decisiva de la temporada vivo y en buena situación en las tres competiciones: líder en LaLiga, en Semis de Copa del Rey con todo por decidirse frente al Atleti y en Octavos de Champions League esperando la vuelta con ventaja contra el Benfica. El gran estado de forma de jugadores como Raphinha, De Jong o Szczęsny está siendo notorio, pero si hay alguien que eleva a otro nivel al equipo, ese es Pedri.
A lo que Pedri diga
Desde su debut con el Barça en 2020, el de Tegueste ha pasado por varias temporadas complicadas a nivel físico, especialmente las dos últimas, donde ha visto como su progresión se veía frenada por los problemas musculares. Sin embargo, en esta campaña, el interior ha evolucionado física y futbolísticamente y ha elevado el techo del Barça hasta convertirlo en uno de los equipos de la temporada.
Un niño con aura de genio, de piernas finas y mente de inventor, porque al fútbol se juega con los pies, pero manda la cabeza. Pedri es ese tipo al que le darías las llaves de tu casa, porque no las va a perder; ese tipo que te deja el workbook para que lo copies rápido; ese tipo que evita que se cierren las puertas del ascensor para que te dé tiempo a entrar; ese tipo que te da un chicle después de comerte un kebab. Ese tipo.
Los grandes equipos se recuerdan por su estilo y sus mejores jugadores. A parte de los goleadores y estrellas mediáticas, siempre tienen a alguien que no tiene tanto foco, que actúa entre bambalinas, que maneja la situación, que sin él nada sería lo mismo: Kroos en el Madrid de Zidane, Xavi en el Barcelona de Guardiola o Pirlo en el Milan de Ancelotti. Pues este es Pedri en el Barça de Flick, así que este juega a lo que Pedri diga.

Un tipo distinto
Pedri siempre se ha caracterizado por su técnica, por su capacidad de salir de presiones y liberar la jugada y por su visión de juego, pero este año ha evolucionado al siguiente nivel. Su posición en la base de la jugada le ha permitido dar un salto en la aptitud de gestionar lo que pide exactamente la jugada, lo que toca en cada momento. El canario absorbe como una esponja todo lo que requiere el partido, y se encarga de gestionarlo como pocos. ¿Que hay que darle una marchita más?, acelera la jugada y se la da; ¿que hay que controlar el ritmo?, frena, toca y calma; ¿que detecta un desajuste en el rival?, hacia allí que se mueve para dinamitar su estructura.
En cuanto a impacto en 3/4 de campo, es también uno de los mejores mediocampistas, con 5 goles y 6 asistencias, aunque según las esperadas, debería llevar el doble. También es el primer jugador de la liga en pases progresivos y el tercero que genera más ocasiones.
Pero ya no es solo con pelota, sino que sin balón es también diferencial. Es el jugador con más recuperaciones de la liga (161), un dato muy interesante que pone en valor una función que de cara a la galería no se aprecia tanto, pero que es fundamental.

El reconocimiento tarde o temprano llega
Esta temporada se habla mucho de los goles de Lewandowski, el descaro y locura de Lamine y la contundencia de Raphinha en los momentos decisivos, pero es ahora cuando se empieza a tener en cuenta la magia de Pedri.
Un reconocimiento que, en el pasado, se puso en entredicho con argumentos pobres como «solo da pases atrás», «se lesiona siempre, es de cristal» o «no marca goles». Ahora el mundo del fútbol parece entrar en razón con el jugador que ha visto como su acompañante en el mediocampo ha cambiado tres veces (Bernal, Casadó y De Jong) y sea cual sea no parece importarle lo más mínimo, él sigue a su rollo.
Son varios los contendientes al balón de oro hasta ahora: Raphinha, Salah o Mbappé, y viendo perfectamente su temporada, es lógico incluir a Pedri en la lista, que se ha convertido en el mejor mediocentro del mundo.

