Bestiah, ganadora del primer maxireto de Drag Race España, es la octava eliminada del programa.
La dirección de Drag Race España pierde el rumbo por completo, Pitita suma su cuarta victoria y Bestiah dice adiós al programa. El reto de la semana ha sido Un, dos, drag, una versión del Un, dos, tres que no ha estado a la altura de un octavo episodio.
El comienzo del octavo episodio empezaba con la religiosa limpieza del espejo. Esta vez Pitita se encargaba de limpiar los mensajes de Pink Chadora y Pakita, sus dos grandes rivales a las que eliminó de un plumazo la semana pasada. Como es normal al tratarse de un concurso con un premio, Pitita se sentía más orgullosa de sí misma que triste por eliminar a sus compañeras. Estas imágenes han favorecido la imagen soberbia que el programa ha construido de Pitita, que no es muy lógico teniendo en cuenta que piensan darle la corona.
Al quedar pocas reinas, el minireto ha sido más bien un relleno cuya victoria no conllevaba más allá de un premio de maquillaje. Las concursantes tenían que emparejarse para maquillarse a ciegas. Las ganadoras han sido Clover y Bestiah, pero esto no tenía trascendencia ninguna, quizás por eso no han obsequiado a Pitita.
El maxireto sería Un, dos, drag, una versión dragueada del mítico programa de televisión español. Las reinas tenían que volver a emparejarse (podrían haber reciclado las parejas del minireto para darle algo de sentido) esta vez al azar para crear unos personajes que concursaran en la parodia del Un, dos, tres. Para ello Supremme contaba con el pit crew como las “secretarias” del programa, en tres temporadas es la primera vez que escuchamos hablar a un miembro del pit crew. También les acompañaban las gemelas Hurtado, pieza fundamental del éxito del concurso en el pasado.
En general el nivel del reto no era reseñable. Ya de por sí el planteamiento era un Snatch Game sin famosos, como la versión anónima de Gran Hermano. En primer lugar, Vania Vainilla y Bestiah decidieron hacer de una madre puritana y una hija choni de barrio. Vania ha tenido sus momentos de lucidez, pero no terminaba de encajar las bromas o al menos no de una forma fluida. Por otro lado, Bestiah se empeña en interpretar papeles punk y de barrio por su procedencia de Leganés. Por muy bestial que parezca, no deja de ser un monstruo recatado y elegante, como vemos en su look de los confesionarios.
El dúo de Hornella Góngora y la repescada Kelly Roller decidieron traer la actualidad a ese programa tan antiguo. Ellas revivieron el Snatch Game, porque sí hicieron imitaciones de famosos, Hornella como María Pombo y Kelly como Madame de Rosa. No obstante, podían estar personificando a estas dos influencers o a cualquier ricachona de la Castellana. Las bromas tampoco iban muy acordes a los personajes e incluso Hornella se dio cuenta en cierto momento de que estaba concursando bien, como si de verdad estuviera en el programa, olvidando hacer reír.
Por último, el alivio cómico del reto fueron la infinitamente robada Clover Bish y la infinitamente ganadora Pitita. Las dos reinas catalanas decidieron hacer homenaje a sus orígenes y se convirtieron en un matrimonio clásico payés. La batuta la llevó Clover en todo momento, que con unos aires naturales de señorona contestaba a las preguntas sin salir de su personaje. Estaba bien contrarrestada con su marido, Pitita, que pasó de drag queen a drag king. Para Pitita la comedia física fue fundamental, cada uno de sus movimientos estaba estudiado para ser parodiado.
En la pasarela, las reinas tenían que conseguir una ilusión con sus looks. Vania utilizó pintura fluorescente para invadir la pasarela de mensajes positivos y se liberó de una banda repleta de insultos. Después, Clover Bish apareció con un traje de cuerpo falso muy camp que simulaba un astronauta que se propulsaba por el espacio. Bestiah apareció como uno de sus monstruos, pero esta vez con ocho brazos que le desgarraban el pecho. Kelly tuvo una de sus mejores pasarelas vestida como Zeus, pero los materiales del vestido no convencieron al jurado. Pitita encarnó a una reina de época y bajo su manto se encendían un sin fin de láseres cosidos en lencería de leopardo. Por último, Hornella se desgarró de manera ficticia el corazón en un vestido de boda blanco.
El episodio continuaba su curso como uno cualquiera, pero llegaba el momento que tanto temen últimamente los fans del programa, las valoraciones. De nuevo, el jurado, esta vez acompañado por María Peláe, arruinó el episodio dejando regustos amargos. Esta vez, indiscutiblemente, Clover había estado por encima de sus compañeras, no había excusa que valiera, ni Pink Chadora comiendo bocadillos, ni Vania, Kelly y sus guarradas. Sin embargo, volvieron a conseguir arrebatarle la victoria justificando que su look parecía un disfraz y de nuevo la victoria fue para su compañera Pitita.
En cuanto al bottom, de nuevo la pasarela adquiría validez para decidir una nominación. Nunca antes en una franquicia de Drag Race la pasarela había adquirido tanta importancia. Siempre ha prevalecido el reto para la victoria y las nominaciones solo se resguardaban en la pasarela cuando estaba muy ajustado. Kelly sí había hecho un trabajo mediocre en el reto, pero para nominarla le explicaron que siendo de las mejores las telas pobres de su traje la dejaban para el lip sync. Bestiah era la segunda nominada, que claramente se lo merecía por el reto, pero con sus argumentos estilísticos era imposible que cayese teniendo en cuenta que llevaba el mejor look.
Antes de las valoraciones, preguntaban a las reinas quién debería ser la expulsada. Kelly ha resonado bastante, pero Vania ha decidido elegirse a sí misma. La picarona drag clásica demostraba tener un gran corazón cuando llegados al anuncio del bottom quería ponerse en el lugar de sus compañeras. No obstante, no podía reemplazar a las dos y acabo por irse detrás con el resto de las salvadas.
La canción escogida para el lip sync ha sido La Niña de la jueza invitada María Peláe. Era un playback más hablado que cantado y en el que se tenía que teatralizar más que bailar, lo que no jugaba en favor de Bestiah, bailarina profesional. El resultado estaba bastante igualado, pero solo por mantener la calidad del programa, había una única opción que erróneamente no se escogió. Bestiah se convertía en la octava eliminada, siendo una de las reinas que junto a Vania custodiaban una humilde victoria para vencer a Pitita. La tercera entrega de Drag Race España ha dejado ir ya a tres de las mejores concursantes en programas consecutivos, se avecina el fin de la franquicia española justo antes de su All Stars.
