El presidente norteamericano y el líder ruso se volverán a encontrar en la capital de Hungría para discutir el final de la guerra en Ucrania
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunció el pasado jueves que ha acordado con Vladimir Putin un encuentro en la próxima semana en Budapest. Trump explicó que esta cita se concertó a través de una llamada telefónica personal con Putin. Aunque la Casa Blanca no ha dado más detalles ni la fecha exacta de la reunión, esta podría ser una cumbre determinante para discutir el fin de la guerra en Ucrania, que dura ya 1.333 días.
El mandatario republicano ha sido el primero en dar su versión extendida sobre lo apalabrado en su propia red social Truth Social: «Acabo de concluir mi conversación telefónica con Vladimir Putin. El presidente Putin y yo nos reuniremos en un lugar acordado, Budapest, Hungría. A ver si podemos poner fin a esta infame guerra entre Rusia y Ucrania. Creo que se ha logrado un gran avance con la conversación de hoy», ha concluido.
Segundo asalto
Esta reunión sería el segundo cara a cara entre Trump y Putin en lo que va de año. El primero tuvo lugar el 15 de agosto en Anchorage, Alaska, en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, sin que se produjera ningún acuerdo claro sobre la guerra en Ucrania. El avance del conflicto y la insistencia de Trump han generado una presión diplomática creciente para hallar una solución negociada.
No obstante, los términos sobre la paz de Rusia, Ucrania y sus aliados occidentales difieren profundamente. Mientras Moscú exige el reconocimiento de los territorios que ya controla (Zaporiyia, Jersón, Donetsk y Lugansk) y la neutralidad permanente de Ucrania, Kiev insiste en la recuperación total de su soberanía, el alto al fuego permanente y la retirada completa de las tropas rusas.
En este caso, la sede elegida para la cumbre ha sido la capital húngara, Budapest, aunque según ha aclarado Trump, el lugar de la reunión «está aún por determinar». Hungría ya ha manifestado su disposición a asegurar que Putin pueda entrar y salir del país sin obstáculos. Esto ocurre a pesar de la orden de arresto pendiente en su contra emitida por la Corte Penal Internacional (CPI). Hungría se encuentra en proceso de retirarse de la CPI, lo que complica aunque no resuelve la cuestión legal.
Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, ha celebrado que su país sea el anfitrión del encuentro. Ha destacado que Hungría ha mantenido una política constante de oposición al suministro militar de Occidente a Ucrania. Aboga además por una vía diplomática, reforzando su imagen como mediador entre las potencias.
Temas pendientes
Entre los temas centrales que estarán sobre la mesa, el más importante será el futuro del conflicto en Ucrania. La invasión a gran escala que comenzó la Rusia de Putin el 24 de febrero de 2022, se acerca a ser uno los conflictos más largos de la historia contemporánea. Ambos ejércitos se encuentran agotados por casi cuatro años de guerra sangrienta y desgaste, y con un atascamiento del frente en 2025. Sin embargo, esa primera idea de que Rusia ocuparía el país con rapidez y tumbaría al Gobierno de Zelenski, se derrumbó con la resistencia del ejército ucraniano, que hizo que el territorio ocupado por Rusia pasase del 27% al 20%.
Ahora el objetivo declarado es explorar fórmulas diplomáticas para poner fin a la guerra. Se desconoce qué concesiones estaría dispuesto a aceptar cada lado, especialmente en lo que atañe al territorio, las sanciones, las garantías de seguridad, el reparto de materiales y el compromiso con el orden internacional.
En paralelo, hay otros asuntos que hablarán ambos gobernantes. Ucrania ha estado presionando para conseguir apoyo militar más potente. Recientemente, solicitó el suministro de misiles de largo alcance como los Tomahawk. Son fabricados por Estados Unidos y Ucrania los necesita para mejorar sus capacidades militares y llevar a cabo ataques en profundidad en Rusia.
Trump, en su ejercicio de presión, amenazó con enviar estos misiles a Kiev si la guerra no cesaba. «Para ser sincero, quizás tenga que hablar con Rusia sobre los Tomahawk. ¿Quieren tener misiles dirigiéndose hacia ellos? No lo creo», declaró Trump. Esto será sin duda una de las cosas que Putin tratará de evitar en la reunión conjunta.

Misma fórmula
Donald Trump, quiere mantener e incluso extender su particular impulso pacificador con el que regresó a la Casa Blanca el pasado enero. El republicano se atribuye el mérito del acuerdo de intercambio de rehenes y el alto el fuego en Gaza. Ahora, asegura que quiere aprovechar el ímpetu recibido en Oriente Próximo para lograr también un acuerdo entre Ucrania y Rusia.
De hecho, en sus redes sociales reveló que el presidente ruso le congratuló por ese «gran logro»: «Putin nos ha felicitado a mí y a los Estados Unidos por la paz en Oriente, algo que, según él, se ha soñado durante siglos. De hecho, creo que este éxito nos ayudará en nuestras negociaciones para poner fin a la guerra«.

