Las fracturas en Sanidad y Educación acentúan un problema del modelo democrático
El Estado de Bienestar se encuentra sumergido en una profunda crisis en los países democráticos. Clases particulares o las pólizas de seguros son algunos de los tantos casos donde el poder privado convence de mejor manera a las familias españolas.
“Organización del Estado en la que este tiende a procurar una mejor redistribución de la renta y mayores prestaciones sociales para los más desfavorecidos”, así es la definición que la RAE establece sobre la base estatal de la que se nutre nuestro país y el de las democracias del resto de países. Esto es la base académica, pero la realidad se basa en una ruleta del destino totalmente distinta.
Se trata de uno de los modelos políticos más buscados y usados por las diferentes sociedades, pero que en realidad muy pocas han alcanzado con éxito. Para muchos esta modalidad es la mejor manera de crear mayores oportunidades de riqueza y salud para todos, aunque cada vez se está perdiendo más esta posibilidad.

Las bases del sistema
El estado benefactor es un modelo de gobierno principalmente político y económico. En esta forma, el sistema adopta un conjunto de decisiones destinadas a satisfacer las necesidades básicas de sus ciudadanos. Tiene el objetivo por parte del gobierno democrático de satisfacer las necesidades básicas de los ciudadanos. Los pilares básicos del Estado del Bienestar son la Educación y la Salud, ambos en claro declive público. La educación publica es un bien fundamental para el progreso de la sociedad y de sus habitantes más jóvenes en el futuro laboral, tan o más de importante como lo es la sanidad pública para un país.
Las bases del Estado del Bienestar se fundamentan en la mejora y progreso de la ciudadanía para una sociedad más igualitaria, responsable y acorde con el mundo en el que habita. Con el modelo de gobierno el objetivo es alcanzar los máximos de igualdad entre su población, pero la realidad es deferente, cada vez nos encontramos con mayores desigualdades sociales y un aumento gradual de los servicios sanitarios y académicos.
Según sindicatos la educación y la sanidad se encuentran en situaciones límites en España y han asegurado que si no se invierte más en estos dos sectores ahora la quiebra será irreparable. Aseguran ante los poderes políticos que se debe como urgencia “defender el sistema de bienestar”, porque “sin sanidad estamos muertos y sin educación no hay futuro”.
Educación
Si por algo se engrandece el sistema de bienestar es por el apoyo del Estado a las familias con pocos recursos a igualar a todos los niños a una educación igual que pueda dotar de las mismas oportunidades en un futuro y no generar desigualdad. Pero cada vez más los sistemas públicos académicos dejan mucho que desear a las familias que tiene que optar por ayudas académicas para las y los jóvenes y que puedan mantenerse en clase.

La carrera de fondo que supone para los jóvenes los años de formación académica hace que para las familias sea necesario dotar a sus hijos/as de un apoyo con clases particulares. Un auge cada vez mayor en España alimentado por el ambiente de competitividad escolar y por las aspiraciones de las familias, que intenta que sus hijos puedan matricularse en estudios superiores con posibilidad de salidas laborales mejores.
Dentro de la educación y de los estudios académicos superiores el sistema público empieza a decaer en favor de las universidades privadas. Según un informe U-Ranking, que elabora la Fundación BBVA, las universidades privadas suelen tener mejores resultados de inserción laboral. Esto se produce en mayor medida en los grados destinados a las áreas de Ciencias Sociales, Arquitectura, Ciencias jurídicas o las Ingenierías.

También se ha observado una perdida de valor en las universidades públicas debido a que las universidades privadas generan en general unos mejores resultados en afiliación a la Seguridad Social, cotizaciones y contratos con sueldos altos.
Sanidad
Esta área de Estado de Bienestar ha sido el galante de nuestro país durante los últimos años, incluso siendo este uno de los más afectados en Europa de la crisis del Coronavirus. El Estado español destina 7.049 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), siendo uno de los pilares fundamentales de la marca España como país democrático, pero no lo es tanto en el apartado de Sanidad Primaria.
Sanidad cuenta con un 6,7% más de fondos presupuestarios para 2023, lo que supone una partida de 176 millones de euros para la Atención Primaria, solo un 2,49% del total. En consecuencia, “la sanidad está colapsada, sus trabajadores se encuentran extenuados y el sistema sanitario en quiebra”, según las palabras del portavoz de mesa en Cataluña Xavi Tarragón.

Más del 21% de media nacional de pacientes que necesitaron acudir a Atención Primaria no pudieron hacerlo. Uno de cada cinco pacientes que en 2022 necesitó acceder a una consulta de Atención Primaria no se vió con los medios de hacerlo en una situación de problema real de salud. Debido a esta situación, y con el objetivo de garantizarse un acceso fácil a la sanidad, las familias deciden acceder a un seguro privado que cubra las carencias de la sanidad pública.
Las aseguradoras aumentan el número de pólizas privadas de salud en 2022, con más de un 5% si se compara con el cierre de 2021 (5,21%). No se trata de un proceso reciente, el crecimiento es constante desde hace 5 años, donde las aseguradoras han aumentado los nuevos usuarios de salud.
Todo esto esta generando una perdida de valor de la vida en España siendo nuestro país uno de los países más desiguales de Europa. La profunda crisis del coronavirus agregada a los efectos económicos demoledores, propios de la guerra originada en Ucrania, hacen que cada vez más la desigualdad entre nosotros se acentué con mayor gravedad.