¿Quién dictamina qué es lo normal y qué lo extraño?
El pasado 23 de febrero se publicaba Extrañas, de Guillermo Arriaga. Una nueva novela del escritor y productor que abarca un sinfín de temas humanos en un clásico periplo literario.
Todo empieza con una pregunta. Desde que nacemos hasta que nos morimos vamos conociendo el mundo. Nos guiamos por la vida a través del conocimiento de aquello que nos rodea y que nos rodeará. Para ello hay que entenderlo, y para entenderlo hay que preguntarlo. Hasta lo más básico y primario, obvio para nosotros en el momento actual, tuvimos que preguntar para conocer. Quizás no a viva voz, quizás no conscientemente, pero lo extraño asusta, se nos hace curioso y la necesidad de saber es imperante.
Una peripecia técnica
A partir de un planteamiento parecido parte Guillermo Arriaga en su nueva novela. El autor, escritor de obras como El salvaje (Alfaguara, 2016), Salvar el fuego (Alfaguara, 2020) y guionista de películas como 21 gramos (González Irrañitu, 2003) y Babel (González Irrañitu, 2006), juega con todos los elementos que ofrece la gramática y la lengua para elaborar un libro único y singular.

Publicado por Alfaguara, la historia nos traslada a la Inglaterra de 1781 al inicio de la novela. William es el primogénito y heredero de una dinastía inglesa y su misión en la vida es continuar con ese legado y honor. No obstante, un descubrimiento en las tierras de su familia hace que su vida de un giro de 180 grados. En uno de los caseríos vive un tipo de persona que William no había visto nunca, un ser humano deforme que escapa a cualquier entendimiento. A raíz del descubrimiento, William empieza un viaje vital que le alejará de todo lo que conoce hasta ese momento y le adentrará en un mundo lleno de curiosidades, maldades, descubrimientos, traiciones y viajes.
De esta forma, desde un punto de vista técnico la novela es oro. Puedan gustar o no las decisiones tomadas y el resultado final, es inconcebible no darle mérito a lo excelente de lo realizado. La novela no se divide por títulos, de hecho no hay división alguna. Casi 500 páginas del tirón. Al igual que no hay títulos, los puntos y seguidos son casi inexistentes, como los puntos y a parte. Toda la escritura es como el juego de la serpiente en los móviles Nokia, una larga línea que ocupa toda la pantalla, salvo por alguna contada ocasión.
Una serie de sorprendentes decisiones
Para conseguir ese efecto, los diálogos no se escriben separados por guiones en líneas distintas. Son seguidos, destacados con comillas angulares. Algunas recordarán a los lectores a lo que hizo Sally Rooney (Conversaciones con amigos, Beautiful World, Where Are You) en su libro Gente Normal (Random House, 2019), pero sin llegar a ser lo mismo.
Por supuesto, Arriaga no se olvida del vocabulario. El diccionario está muy presente al leer esta novela debido a que el autor usa palabras acuñadas de la época cuando podría usar algún sinónimo actual. No obstante, el hecho de que sea una novela en español, con algunas expresiones normales del idioma con las que el lector puede oír claramente al autor, en un contexto cultural inglés, hace que no llegue del todo a cuajar el efecto deseado.
Otra curiosidad es la eliminación del “que” y sus derivados. No se encuentra ninguno en el texto. Todo esto y más lo dice el propio autor en la entrevista dada a la revista GQ , explicando cómo y porqué eligió este camino de escritura. Sean sus razones las que fueran el resultado es tan interesante como atractivo. Hay gente que le pueda parecer agobiante, a otros una manera rápida y voraz de leer el libro. No hay pausas, casi solo comas y una continua historia en movimiento.
Un seminario de ficción
Ahora bien, en lo relativo al desarrollo y planteamiento de los temas y la historia en general, la cosa cambia. La base de la que parte, antes hablada, se lleva por diferentes caminos. Es una obra que recuerda al viaje del héroe, el elegido que debe ocuparse de una misión. Es un libro de aventuras que trata sobre la razón humana, la teología y la ciencia en una época en la que la convulsión del contacto por la evolución de las tres provocaba un cisma que bien se intentaba arreglar o separar definitivamente. Así, a través de lo que se ha comentado, Arriaga expone varios casos de personas que se salían de la norma por algún o varios características físicas extravagantes, mientras que el protagonista se forma tanto en lo profesional como en lo sentimental.

La cantidad de casos y la manera en la que el autor los expone y explica hace que la novela parezca en su totalidad más una enciclopedia o libro de texto médico que un libro de ficción. Operaciones detalladas hasta la extenuación, así como descripciones hasta el mínimo detalle que pueden hacer perder la atención. Hacia el final se convierte en un libro de viajes, conformándose un compendio de especialidades que hace que te olvides de la historia personal del protagonista. Por ello, si lo que se busca es un libro para pasar el rato mientras se aprende, este no es uno de ellos. La información y descripción es precisa y abundante, una conferencia de 500 páginas.
Si bien es cierto que el olvidar la historia del protagonista puede ser algo negativo, en este caso no lo es tanto. Arriaga retrata a un ser humano hipócrita con complejo de superhéroe. Su misión en la vida, aunque loable, se torna incómodo y desagradable para el lector por la forma en la que, a veces, comenta y se siente respecto a todas aquellas personas que conoce. Y cuando se encuentra un punto a favor en todo lo que hace, la antipatía vuelve cuando habla con y sobre las mujeres. Todo ello aderezado por un vocabulario soez y escatológico que acompaña al lector por todo el libro.
Para gustos, colores
De esta forma, el libro no es para todo el mundo. Hay quien lo apreciará y quien lo dejará a la mitad. Quién sentirá irritación por algún que otro caso escogido, y quién lo alabará. No obstante, para el público idóneo será una obra maestra de nuestro tiempo. La técnica, narración y temas en un caleidoscopio de las aventuras más clásicas de la literatura se convierten en un conocido original que sorprende, tanto para bien como para mal.
En definitiva, Extrañas es una novela densa y curiosa que se ama o se odia. Una enciclopedia ficticia a la que hay que ir mentalizado y preparado para asumir lo que se va a encontrar.