Tras 25 años de trabajo, Jaime Bayly va a publicar una de sus más controvertidas novelas. El escritor y periodista peruano presentó el 21 de marzo en Madrid Los genios, una obra que detalla los maravillosos inicios y el abrupto final de la amistad entre García Márquez y Vargas Llosa. El afecto y la hermandad que los dos ganadores del Nobel mantuvieron durante más de una década acabó de la peor forma posible.
Era 1962. Mientras Kennedy inició el bloqueo estadounidense de Cuba, nacían los Rolling Stones y Brasil maravillaba al planeta fútbol en el Mundial de Chile, Vargas Llosa descubrió la novela El coronel no tiene quien le escriba. El escritor peruano decidió ponerse en contacto con el autor de esta breve obra, Gabriel García Márquez. Ambos empezaron a enviarse cartas durante cinco años, aunque no se habían visto jamás las caras.
La primera vez que se conocieron personalmente fue en un acto literario en Venezuela, en agosto de 1967. Desde el primer momento, su relación fue fluida y se convirtieron en auténticos cómplices. “Había una simpatía recíproca desde que ambos salimos juntos desde Caracas. Ya éramos íntimos amigos”, declaró Vargas Llosa en una conferencia de la Universidad Complutense en 2017. La relación entre los dos apasionados de la literatura era muy fuerte y aparentemente inseparable.
Dos vidas totalmente hermanadas
Sus carreras profesionales eran dos almas gemelas. Vargas Llosa dio sus primeros pasos en el periódico peruano La Crónica y García Márquez también comenzó en el mundo del periodismo con sus reportajes y columnas en el diario El Heraldo. Además, los dos autores estaban viviendo el auge de la literatura hispanoamericana de los 60. En esa década, Vargas Llosa publicó La ciudad y los perros y Conversación en la catedral, y García Márquez vendía miles de ejemplares de sus Cien años de soledad. A nivel ideológico, los dos escritores eran fervientes defensores de movimientos de la izquierda como la Revolución Cubana, el régimen militar de Juan Velasco Alvarado o Mayo del 68.
La amistad entre los dos también pudo verse plasmada en la literatura. Vargas Llosa homenajeó la vida y obra de Gabo con el ensayo García Márquez: historia de un deicidio. Este mismo ensayo fue la tesis doctoral que permitió a Vargas Llosa conseguir el Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense. Incluso, ambos escritores tenían en mente escribir un libro juntos sobre la guerra entre Colombia y Perú de 1932.
Cinco años de amistad en Barcelona
La complicidad entre el peruano y el colombiano adquirió una mayor fuerza en Barcelona. Desde 1969, Gabo y Vargas Llosa vivían a escasos metros de distancia. En la ciudad condal, los escritores, sus respectivas parejas y Carmen Balcells (agente literaria de ambos autores) formaron un feliz grupo de amigos y vivieron juntos los últimos coletazos de la dictadura franquista. Sin embargo, en 1974, Vargas Llosa decidió marcharse a Lima y el grupo de amigos se reunió por última vez para darle una despedida.

Aunque parezca inimaginable, esta amistad de película escribió su punto final el 12 de febrero de 1976. Gabriel García Márquez estaba viendo un documental del propio Vargas Llosa (La odisea en los Andes) en el auditorio de la Canacine de México y vio llegar al escritor peruano. Pero en el momento en el que García Márquez iba a saludarlo, Vargas Llosa le dio un fuerte puñetazo. El anillo del autor peruano se estrelló contra la nariz de Gabo con una violencia tremenda. Dos días después (en plena celebración del día de San Valentín), esta foto de Rodrigo Moya mostraba el moratón que lucía Gabo en su ojo izquierdo.

¿Cuál fue el motivo del puñetazo?
La razón por la que esta amistad estalló en mil pedazos no fue económica o literaria. Tampoco se produjo este conflicto por sus recientes desavenencias políticas. Mientras García Márquez seguía apoyando con entusiasmo la Revolución Cubana y la dictadura de Perú, Vargas Llosa empezó a distanciarse de esos movimientos. De hecho, hoy en día, el escritor peruano ha sido criticado por su polémico apoyo a José Antonio Kast (político chileno de extrema derecha). El verdadero motivo del puñetazo de Vargas Llosa fue el amor.
Tras haberse despedido de sus seres más queridos de Barcelona, Vargas Llosa emprendió un viaje en barco hasta Lima sin Patricia Llosa (pareja y prima de Mario). En ese mismo viaje, el escritor peruano mantuvo una breve relación con la modelo Susana Diez Canseco. Nada más enterarse de este suceso, Patricia Llosa empezó a sentir una fuerte sed de venganza.
En una noche de 1975, García Márquez, Patricia Llosa y varios amigos estuvieron juntos en la discoteca Bocaccio. Existen varias teorías sobre lo ocurrido en este local de Madrid. Muchos periodistas de la época comentaron que García Márquez alimentó los deseos de revancha de la mujer boliviana. Gabo pudo haber sugerido a Patricia Llosa que ambos fuesen amantes para que ella se vengase de Vargas Llosa. Otras fuentes sugieren que García Márquez aconsejó a Patricia Llosa que se divorciase de su marido y prometió pagarle los abogados para el juicio.
Aquella conversación entre Gabo y Patricia Llosa acabó siendo el detonante de la ira de Mario Vargas Llosa. «Esto es por lo que le hiciste a Patricia», gritó el autor peruano en el momento que iba a golpear al que había sido su grandísimo amigo. Finalmente, a pesar del escandaloso suceso entre ambos premios Nobel, los Llosa prolongaron su matrimonio hasta el año 2015, cuando el escritor peruano fue infiel a su mujer con Isabel Preysler. Aunque personas como Carmen Balcells intentaron lograr la reconciliación de ambos referentes de la literatura, los antiguos amigos y eternos enemigos no encontraron nunca la manera de perdonarse.