Natalia Litvinova presenta una novela tanto luminosa como radiactiva que narra los recuerdos ocultos de una infancia atada a la presente adultez
Natalia Litvinova, escritora bielorrusa radicada en Buenos Aires (Argentina), ha sido galardonada con el II Premio Lumen de novela. El premio está dotado con 30.000 euros y la publicación en todo el territorio de habla hispana.
La obra ganadora, titulada La niña de los brazos de acero y presentada bajo el seudónimo de Darina, recibió elogios unánimes del jurado. Compuesto por las escritoras Ángeles González-Sinde, Luna Miguel y Clara Obligado, así como por Lola Larumbe, (directora de la librería Rafael Alberti en Madrid), y María Fasce, (directora literaria de Lumen), el jurado destacó la voz deslumbrante y conmovedora de la obra.
La novela ganadora del anterior certamen, Vladimir, de Leticia Martín, supuso un inicio literario para retomar este premio pausado en 1999. En esta edición del II Premio Lumen de novela, se han recibido 549 manuscritos procedentes de Argentina (117), Colombia (22), Chile (18), España (326), Estados Unidos (17), México (42), Perú (2) y Uruguay (5).
«En mi familia hay mucha gente silenciaba porque se creía que su historia no merecía la pena ser contada, pero no solo ellos, sino de muchas personas. Era mi deber darles una voz, no solo por mi madre o mis abuelos, sino por muchos y muchas»
En la tradición de la mejor literatura rusa, la obra transita con naturalidad del realismo a lo mítico, utilizando el humor y la ironía para narrar una historia inédita, que «es luminosa a pesar de estar escrita en un ambiente de oscuridad»
¿Qué podemos encontrar en Luciérnaga?
La trama se centra en Bielorrusia como telón de fondo, un país marcado por la guerra, la emigración y el desastre de Chernóbil, con el que la autora se aflige de manera singular, pues tiene muy en mente el hecho de que «si un «segundo Chernóbil» sucediese en Bielorrusia, el país dejaría de existir», tal y como concretó en sus propias palabras en la rueda de prensa.

A través de los recuerdos de una infancia marcada por la resistencia de las mujeres, la novela brilla con una luminosidad radiactiva, cual luciérnaga. Natalia Litvinova recupera el relato oral de las mujeres de su familia en un mundo inhóspito en el que la historia parece estar a punto de acabarse.
Estos temas, no obstante, ya están explorados en sus poemas, aunque nunca antes en esta longitud: «Fue un desafío probarme en estos temas, en un recorrido tan intenso. La idea estaba en mi cabeza desde hacía unos diez años».
Nacida de la necesidad de una hija
Natalia Litvinova, en su novela, abraza la identidad, los lazos familiares y la experiencia personal con una sinceridad poética. La obra trata de resolver asuntos pendientes con un pasado marcado por la migración y la necesidad de sobrevivir en un mundo en constante cambio y disolución:
«Esta novela nace de la necesidad de leer un cuaderno de mi madre. Como ella no podía hablar, como no podía contar sus historias, yo le pregunté si podía escribirlas. Incluso le cambiaba la letra; cuando ella sufría contando algo, la letra se volvía ilegible, y era el hacerla legible lo que me motivaba a seguir contando», explica la autora «Ver a mi madre con una caligrafía tan difícil, con ese intento de dejarme algo para contar su historia y escribir algo que nos cobijara fue lo que me hizo comenzar a escribir Luciérnaga.«

